ELECCIONES EN ISRAEL

Bill Clinton quiere convertir en 'paloma' al 'halcón' Netanyahu

Bill Clinton quiere convertir en paloma al halcón Benjamín Netanyahu. Aunque la Administración norteamericana trataba ayer de poner la mejor cara tras conocerse los resultados definitivos de las elecciones en Israel, la victoria del líder del Likud, es un serio revés para el presidente Bill Clinton, que había apostado ciegamente por Simón Peres, y para la política de Estados Unidos en Oriente Próximo, consagrada a culminar lo más rápidamente posible el proceso de paz.

La Casa Blanca anunció ayer por medio de un comunicado que Clinton ha invitado personalmente a Netanyahu a visitar Washi...

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Bill Clinton quiere convertir en paloma al halcón Benjamín Netanyahu. Aunque la Administración norteamericana trataba ayer de poner la mejor cara tras conocerse los resultados definitivos de las elecciones en Israel, la victoria del líder del Likud, es un serio revés para el presidente Bill Clinton, que había apostado ciegamente por Simón Peres, y para la política de Estados Unidos en Oriente Próximo, consagrada a culminar lo más rápidamente posible el proceso de paz.

La Casa Blanca anunció ayer por medio de un comunicado que Clinton ha invitado personalmente a Netanyahu a visitar Washington lo antes posible. El presidente habló con el primer ministro electo para expresarle su "compromiso de continuar trabajando con el Gobierno de Israel y todos los que, apoyan el objetivo de una paz global entre árabes e israelíes".La estrategia de EE UU consiste en asociar a Netanyahu, al proceso de paz y ejercer su enorme influencia en Israel para convertir a quien ganó las elecciones como un halcón del Likud en una paloma que culmine el trabajo de sus antecesores.

No será fácil. Aunque el proceso de paz en sí mismo parece irreversible, Netanyahu y sus socios en el Likud se habían quejado antes de una excesiva intromisión norteamericana en los asuntos internos de Israel. Uno de los políticos que se espera forme parte del nuevo Gobierno, Moshe Arens, ya tuvo un enfrentamiento con EE UU cuando formó parte del Gabinete de Isaac Shamir.

El ex secretario norteamericano de Estado James Baker, quien puso en marcha el proceso de paz, advirtió ayer que, aunque no se puede hablar del fin de la negociación entre árabes e israelíes, la victoria de Netanyahu supone "un importante contratiempo".

Optimismo

Otras interpretaciones eran más optimistas. Un miembro del Gobierno norteamericano citado por el diario The Washington Post recordaba que "muchas veces los halcones son más osados en sus iniciativas de paz", y confiaba en que así ocurriera con Netanyahu. "Netanyahu podría ser un Nixon dispuesto a ir a China", opinaba el columnista Anthony Lewis en The New York Times.Una de las incógnitas que preocupan ahora en Washington es la de la capacidad de maniobra que el nuevo primer ministro va a tener frente al sector más radical del Likud. El próximo Gobierno israelí puede incluir también figuras como Ariel Sharon y Rafael Eytan, cuyas ideas en contra de hacer concesiones a los árabes son bien conocidas.

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El disgusto con el que se ha recibido en EE UU el resultado de las elecciones no se justifica sólo por la incertidumbre sobre el proceso de paz sino por su efecto en las elecciones norteamericanas de noviembre. Varios analistas habían vinculado el éxito de la política exterior de Clinton a la suerte de dos personas: Peres y Yeltsin. El primero ha sido ya derrotado; el segundo está en posición muy comprometida.

Por el momento, el rival de Clinton a la presidencia, Bob Dole, no ha utilizado la victoria de Netanyahu como arma en su campaña.

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