Garzón: "Hay 'caso GAL' hasta el año 2015"

"Hay caso GAL hasta el año 2015, a juzgar por el ritmo de las instrucciones de más de 20 sumarios posibles. Durante ese periodo van a salir más cosas. [Ricardo García] Damborenea ha abierto la caja de Pandora". Ésa fue la predicción que Baltasar Garzón hizo a Manuel Vázquez Montálbán en una cena, el 20 de julio de 1995, precisamente el día en que el ex secretario general de los socialistas vizcaínos implicó a Felipe González en la guerra sucia contra ETA. Así lo refleja el escritor en su obra Un polaco en la corte del rey Juan Carlos (Alfaguara).En aquella cita, sin magnet...

"Hay caso GAL hasta el año 2015, a juzgar por el ritmo de las instrucciones de más de 20 sumarios posibles. Durante ese periodo van a salir más cosas. [Ricardo García] Damborenea ha abierto la caja de Pandora". Ésa fue la predicción que Baltasar Garzón hizo a Manuel Vázquez Montálbán en una cena, el 20 de julio de 1995, precisamente el día en que el ex secretario general de los socialistas vizcaínos implicó a Felipe González en la guerra sucia contra ETA. Así lo refleja el escritor en su obra Un polaco en la corte del rey Juan Carlos (Alfaguara).En aquella cita, sin magnetófono de por medio, Garzón habló también de su fugaz paso por el PSOE: "Poco a poco me fui dando cuenta de que [González] me había utilizado". También retuvo Vázquez Montalbán frases suyas como "la razón de Estado no puede primar sobre la averiguación de la verdad en una causa criminal", "quizá no sea González el cirujano que necesita la corrupción", "estoy más a la izquierda que el PSOE o "Filesa [supuesta financiación irregular de los socialistas] es una de las mayores quiebras del Estado de derecho".

De regreso a la Audiencia Nacional tras su etapa política, escribe Vázquez Montalbán, Garzón recibió un día la llamada del abogado de José Amedo y Michel Domínguez, los policías condenados en el caso GAL: "Quieren hablar". Y hablaron. "Me parece que la decisión de retirar [a Amedo y Domínguez] esos sueldos [presuntamente con fondos reservados] fue de Margarita Robles [secretaria de Estado de Interior]. Hizo de esa retirada condición sine qua non para continuar colaborando con Belloch. De hecho Belloch quería indultarles, pero tampoco se atrevió", dijo Garzón.

"Belloch ha sabido venderle a González que estaría en condiciones de controlar la purificación del pasado sin poner en peligro el estatuto de poder del futuro. Pertenece a la clase de políticos hábiles. No es como Garck Vargas, que cuando se enteró de que iban a cesarle se puso a llorar ante González y éste le dio el Ministerio de Defensa para contentarle, también porque era muy fiel a Serra, el amo y señor de la información, de la fontanería más subterránea del Estado. Serra es el que manejó el Cesid, y el Cesid se cruza una y otra vez en la investigación de los GAL. Por eso me impiden el acceso a los documentos que lo relacionan", argumentó Garzón.

Garzón dio su versión sobre su vinculación a los socialistas: "Yo no había formulado la hipótesis del señor X [responsable de los GAL] con intención política. Me limitaba a formular una ecuación judicial y policial".

"En el PSOE", explicó, "se lo tomaron muy a mal y empezaron las agresiones verbales. A causa de una me llamó el presidente de Castilla-La Mancha Bono, y me invitó a una montería. González tenía ganas de que yo hablara. Fui bastante duro respecto a la corrupción. Todo terminó con un 'a ver si nos vemos'. No le di mayor importancia".

Pero el 27 de abril de aquel año se reunieron en La Moncloa. González, expone Vázquez Montalbán, quería empezar la batalla contra la corrupción: "Baltasar, si no lo intento, no me quedo tranquilo. Quiero gente como tú". "[Me lo creí] totalmente", adujo Garzón. ¿Y ahora? "Estoy convencido de que era puro ardid electoral". "Gonzállez es un indeciso", afirmó Garzón; "deja las cosas colgadas en el aire y de pronto las recupera según su propio ritmo. En un encuentro con el canciller Kohl, proclamó que me tenía reservado un elevado cometido: 'Le he escogido para dirigir la lucha contra el narcotráfico organizado'. Poco a poco fue más difícil hablar con él, hasta que llegó a ser imposible.

Me fui dando cuenta de que me había utilizado. Se votaban leyes como las de asilo, con las que yo no estaba de acuerdo, que me parecían reaccionarias.

"Me cargué de razones", añadió, "y lancé los avisos pertinentes. La situación se me hizo éticamente insostenible y exterioricé mi oposición no aplaudiendo las intervenciones de, González en el Pleno o votando propuestas de la oposición para crear comisiones de investigación. Por el camino yo había enviado una carta a González presentándole mi dimisión, y en primera instancia el que trató de disuadirme no fue González sino Belloch, aunque luego Belloch hizo declaraciones ambiguas para que no quedara claro si yo había dimitido o si me habían empujado a hacerlo. En un momento determinado, le dije: 'Si tienes huevos, césame".

'Felipe me llamó", concluyó, "cuando ya todo estaba decidido me dijo: "No me lo esperaba". Era puro formulismo. Había fichado a Belloch y eso le cubría el expediente de coleccionar jueces de prestigio democrático".

También aseguró Garzón haber sufrido no sólo amenazas físicas, sino intentos de desprestigiarle, como su supuesta utilización de fondos públicos para pagarse unas vacaciones en el mar Caribe: "El montaje salió en Abc, porque considera que la Guardia Civil es la garantía del orden universal y yo había puesto en solfa a altos mandos y mis investigaciones apuntaban directamente al cuartel de Intxaurrondo y a su famoso coronel, Rodríguez Galindo", "Por otra parte, Rafael Vera siempre ha movido muy bien los resortes de los medios de comunicación y entre él y el abogado Argote, el que aparece como asesor de funcionarios del Estado implicados en casos oscuros, han procurado barrer bajo las alfombras todo lo inconfesable", agregó.

Finalmente, Vázquez Montalbán planteó a Garzón: ¿Cuál crees que fue el papel exacto de Felipe González". "Dejar hacer, dejar pasar", le respondió el juez.