Aznar promete que los nacionalistas no piden nada que rompa la cohesión nacional

José María Aznar buscó ayer despejar temores. El presidente del Partido Popular quiso hacer de Andalucía -una de las pocas comunidades autónomas que escapan al dominio del PP- el escenario de su primer mitin tras la victoria en las elecciones del pasado 3 de marzo. Aznar trató de insuflar ánimos a sus derrotados correligionarios andaluces, pero, sobre todo, quiso dejar claro que ninguna de las peticiones que le han puesto sobre la mesa de negociación los nacionalistas catalanes, ni los vascos, ni los canarios menoscaba la solidaridad territorial.

Nada mejor que una comunidad pobre -en t...

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José María Aznar buscó ayer despejar temores. El presidente del Partido Popular quiso hacer de Andalucía -una de las pocas comunidades autónomas que escapan al dominio del PP- el escenario de su primer mitin tras la victoria en las elecciones del pasado 3 de marzo. Aznar trató de insuflar ánimos a sus derrotados correligionarios andaluces, pero, sobre todo, quiso dejar claro que ninguna de las peticiones que le han puesto sobre la mesa de negociación los nacionalistas catalanes, ni los vascos, ni los canarios menoscaba la solidaridad territorial.

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Nada mejor que una comunidad pobre -en términos de renta nacional- y socialista en su Administración para hablar de solidaridad interterritorial en estos momentos de negociación. Aznar se esforzó en garantizar que sus posibles socios no le han planteado ninguna exigencia que rompa la "cohesión territorial y social", el temor que el PSOE agitó días después de los comicios del 3 de marzo. "Ni de la actitud de CiU, ni de la del PNV, ni de la de Coalición Canaria puede derivarse nada que suponga el más mínimo quebranto a la solidaridad territorial", enfatizó e candidato popular a la presidencia del Gobierno. Solidaridad y sus términos sinónimos fueron así los más repetidos en la breve comparecencia de Aznar ante los medios de comunicación bajo un sol inclemente en el pabellón de España de la antigua Expo después de reunirse con los cargos públicos de su partido en Andalucía. "Nada perturbará la cohesión territorial y social del país", enfatizó.Aznar echó también dos capotes en su mensaje: uno, a Federico Trillo; otro, a Javier Arenas, presidente del PP en Andalucía. La elección del nuevo presidente del Congreso -de quien elogió su "impecable discurso de la tolerancia"- fue calificada por Aznar como "la primera expresión del cambio político". Y no dejó pasar la ocasión de quejarse de las "actitudes intolerantes y dudas de las personas que no respetan la libertad personal y la libertad ideológica y de conciencia". Los socialistas se han hecho lenguas de los ataques de Trillo contra ellos en la pasada legislatura y de su proximidad al Opus Dei. El apoyo a Arenas, pese a su imprevista derrota. autonómica, fue aún más claro. Aznar quiso respaldar personalmente algo que la dirección nacional popular ya había expresado en los días siguientes a las elecciones. El líder popular tiñó de todo tipo de calificativos su expresión de confianza política en Arenas: "básica", "clara", plena", "muy satisfactoria".

Durante la reunión a puerta cerrada con cerca de 250 cargos electos populares -cargos locales, diputados autonómicos y congresistas electos- tanto Aznar como el secretario general del PP, Francisco Álvarez Cascos, animaron a los presentes a seguir trabajando por el mismo camino, según fuentes populares. El propio Arenas se expresó en términos similares. Aznar, añadieron las mismas fuentes, recalcó el crecimiento importante que el partido ha tenido en la comunidad, pero no se dejó en la manga que Andalucía es una de las pocas comunidades en que su partido está por debajo de la media nacional de votos que consigue.

Aznar inició su estancia en la capital andaluza con un recorrido programado a última hora por las ruinas romanas de Itálica, acompañado por Francisco Alvarez Cascos, Javier Arenas, y el director del conjunto monumental, José Manuel Rodríguez Hidalgo. Los protagonistas del paseo no fueron ninguno de ellos, sino las decenas de niños de colegios que tenían prevista su visita de tiempo atrás y que se encontraron de sopetón con un aliciente a la mañana más atractivo que las piedras del imperio de Roma.

Aznar intervino anoche en un acto público en Sanlúcar la Mayor, a unos 25 kilómetros de la capital andaluza. Su primer mitin tras la victoria del 3 de marzo. Un Aznar en el límite de la afonía enfatizó su mensaje de diálogo ante varios centenares de personas. El presidente popular se esforzó en despejar miedos y recalcó que nadie espere de él otra cosa que no sea "una actitud de colaboración y entendimiento". Un mensaje especial en una comunidad gobernada por el PSOE en la que quiso simbolizar su intención futura hacia las instituciones que el PP no controla. Aznar hizo un elogio expreso del esfuerzo de "nuestros compatriotas catalanes" en la tarea común de la "construcción" de España y un canto a la cultura política del pacto, el diálogo y la tolerancia.

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