Zagreb reitera su rechazo al plan europeo para Mostar

El ministro español de Asuntos Exteriores, Carlos Westendorp, no logró ayer el apoyo del presidente croata, Franjo Tudjman, al plan de la Unión Europea (UE) para la partición de Mostar, la emblemática caitál de Herzegovina dónde la tensión entre croatas y musulmanes se recrudeció la semana pasada a un nivel sin precedentes desde febrero de 1994.El jefe de la diplomacia española inició, acompañado por una docena de empresarios, una gira por la antigua Yugoslavia cuya primera etapa fue Zagreb, dónde fue recibido por Tudjman y se entrevistó con su homólogo, Mate Granic.

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El ministro español de Asuntos Exteriores, Carlos Westendorp, no logró ayer el apoyo del presidente croata, Franjo Tudjman, al plan de la Unión Europea (UE) para la partición de Mostar, la emblemática caitál de Herzegovina dónde la tensión entre croatas y musulmanes se recrudeció la semana pasada a un nivel sin precedentes desde febrero de 1994.El jefe de la diplomacia española inició, acompañado por una docena de empresarios, una gira por la antigua Yugoslavia cuya primera etapa fue Zagreb, dónde fue recibido por Tudjman y se entrevistó con su homólogo, Mate Granic.

Todos acuden a Zagreb con el mismo propósito: conseguir que Tudjman convenza a los croatas de Mostar de que acepten la división administrativa de la ciudad propuesta por el administrador de la UE, el alemán Hans Koschnick en tres barrios musulmanes, tres croatas y un distrito central mixto. La proposición de Koschnick obtuvo el respaldo de los musulmanes, pero fue rechazada por los croatas, que se manifestaron violentamente ante el Hotel Ero de Mostar, sede de la administración comunitaria, e intentaron linchar a Koschnick cuyo vehículo zarandearon peligrosamente.

Westendorp resaltó "el pleno apoyo" del que goza Koschnick por parte de la UE: "Nos gustaría que Croacia contribuya a que el acuerdo que ha pro

puesto sea definitivo". "Pedimos a Zagreb que ponga toda. su voluntad política para que Mostar sea un ejemplo de convivencia pacífica y tolerancia".

El ministro croata de Exteriores dio la impresión de que no aceptaba esta petición en la conferencia de prensa conjunta que ofreció con su huésped español. Granic justificó primero la manifestación contra la administración comunitaria -"es un derecho democrático", dijo-, pero condenó los ataques contra Koschnick si bien dejó claro que no le gustaba su plan.

Granic pidió que se busque "una solución buena para todos, sin perjudicar a la Unión Europea ni al señor Koschnick "Mostar debe ser multiétnica y multicultural pero ninguna de las partes debe tener la impresión de que va a perder la, posibilidad de desarrollar su identidad".

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Por otra parte, Javier Solana aprovechó su estancia ayer en Mostar para lanzar una fuerte advertencia al Gobierno croata de que la Alianza "no va a tolerar" un nuevo episodio como el sucedido la semana pasada contra el responsable de la UE en Mostar. La advertencia, realizada por Solana en rueda de prensa, fue directamente transmitida al presidente eroata, Franjo Tudjman, valedor de los nacionalistas. "La reconciliación en Mostar es la piedra de toque para la reconciliación de la Federación croata-musulmana" añadió Solana.

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