Entrevista:LEONARDO BOFF - TEÓLOGO BRASILEÑO

"Los ecologistas europeos dejan fuera al hombre"

En su modesto apartamento de Río de Janeiro, el teólogo brasileño Leonardo Boff, de 55 años, conversó largamente con EL PAÍS sobre el surgimiento de una "conciencia planetaria" y el alumbramiento de una "sociedad mundial", temas de su nuevo libro, Ecología, grito de los pobres, grito de la Tierra, que ya circula en Brasil y será publicado en España en marzo.El pensador brasileño se detiene muy poco en el tema de Roma; tras calificar a Juan Pablo II como un "flagelo", prefiere apuntar sus baterías hacia los ecologistas europeos, con su perspectiva de "preservar la naturaleza y crear gran...

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En su modesto apartamento de Río de Janeiro, el teólogo brasileño Leonardo Boff, de 55 años, conversó largamente con EL PAÍS sobre el surgimiento de una "conciencia planetaria" y el alumbramiento de una "sociedad mundial", temas de su nuevo libro, Ecología, grito de los pobres, grito de la Tierra, que ya circula en Brasil y será publicado en España en marzo.El pensador brasileño se detiene muy poco en el tema de Roma; tras calificar a Juan Pablo II como un "flagelo", prefiere apuntar sus baterías hacia los ecologistas europeos, con su perspectiva de "preservar la naturaleza y crear grandes reservas, pero dejando fuera al ser humano, que llega para ensuciar y agredir". Para él, la ecología debe ubicar al hombre "dentro de la naturaleza, pero en una relación nueva, no de depredación ni de explotación, sino de acuerdo, de alianza, de desarrollo con la naturaleza, a favor de ella, y no lo opuesto".

Al preguntársele cuál es el aporte especifico de la ecología de la liberación, Boff admite que ya existe una corriente norteamericana llamada Ecología Humana, pero le critica que considere al hombre fuera de la sociedad, cuando en realidad "la cuestión no es yosolo versus naturaleza".

El autor señala que la desigualdad social es siempre factor de desequilibrio ecológico. "Los pobres habitan áreas contaminadas, depredan los lugares donde se asientan, talan árboles no porque quieran, sino porque sus condiciones de vida los llevan a depredar para poder sobrevivir". Los ricos, por su parte, "contaminan con el exceso de consumo no solidario y con la dilapidación fantástica de bienes que practican".

La teología de la liberación -explica Boff- avanza en cuatro vertientes de la ecología: ecología ambiental, que estudia la degradación del medio ambiente; ecología social, donde se intenta demostrar que "la pobreza y la injusticia son agresiones ecológicas al ser más complejo y singular de la creación, que es el ser humano". Más adelante aborda la ecología mental, "porque la fuente del desequilibrio está en la mente humana, en arquetipos mal conocidos, en agresiones como el antropocentrismo, esa concepción que pone al hombre en el centro del mundo dejando la naturaleza apenas al servicio del ser humano. Son estructuras mentales que han sido reforzadas por el judeo-cristianismo. 'Creced y multiplicaos, dominad la Tierra, intimidad a los animales, las aves y los peces', según la expresión bíblica que, desde el punto de vista de hoy, es profundamente antiecológica

Pero la preocupación con el medio ambiente lo lleva mucho más lejos. Boff observa que la amenaza ambiental está dejando claro que los seres humanos compartimos una misma historia y un mismo planeta, "que es el único que tenemos para vivir". Y propone que esta noción constituye, al asomo de una nueva conciencia del hombre, la "conciencia planetaria", que nos ha de llevar hacia una sociedad mundial, con una ciudadanía terrenal planetaria.

Boff afirma que la crisis actual "no es de estructura ni de coyuntura", sino que ella alcanza al propio "paradigma civilizacional". "Todo lo que había dado sentido a la civilización humana, esa típica relación hombre-naturaleza, ya no funciona; la humanidad se debate hoy entre los viejos dioses que agonizan y los nuevos, que no acabaron de nacer", explica.

Le parece que en una perspectiva global el tema de la Iglesia pierde importancia, se apresura a concordar: "Es absolutamente irrelevante, la Iglesia es apenas algo de Occidente". Añade luego que "este Papa es un flagelo, que ha convertido a la Iglesia en un inmenso dominio feudal que Roma puede controlar y dominar, cuando en realidad su esencia es el peligro, no es el puerto sino la alta mar, donde están las grandes olas y el contacto con todas las cosas...".

Boff opina que la controvertida secta Iglesia Universal del Reino de Dios ha crecido en Brasil porque tiene un discurso "más moderno y próximo al pueblo" que el de la Iglesia católica, informa Efe Pero el teólogo rechaza el "desaforado" apetito por el dinero.

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