¿Quién más pasaría la prueba?

A tenor de los requisitos de Maasstricht, los más extraños socios podrían formar parte del club europeo

Carlos Menem, el presidenté de Argentina, lo dijo muy claro durante su visita a España el pasado diciembre: "Argentina cumple los criterios de Maastricht". Aunque no se trata de una fórmula matemática, ni siquiera de una receta de cocina, los requisitos se han convertido en una especie de reválida con la que algunos países parecen. decirle a la Unión Europea que están en condiciones de hablarle de igual a igual. Sin embargo, saber que México los cumplía hace un ano, justo en vísperas de la crisis del peso, o que Japón no podría estar en la unión monetaria, puede relativizar su importancia.Por ...

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Carlos Menem, el presidenté de Argentina, lo dijo muy claro durante su visita a España el pasado diciembre: "Argentina cumple los criterios de Maastricht". Aunque no se trata de una fórmula matemática, ni siquiera de una receta de cocina, los requisitos se han convertido en una especie de reválida con la que algunos países parecen. decirle a la Unión Europea que están en condiciones de hablarle de igual a igual. Sin embargo, saber que México los cumplía hace un ano, justo en vísperas de la crisis del peso, o que Japón no podría estar en la unión monetaria, puede relativizar su importancia.Por supuesto que estar endeudado por debajo del 60% del PIB, tener un déficit inferior al 3% del PIB, una tasa de inflación que no supere en más de 1,5 puntos a los tres países mejor situados, unos tipos, de interés en la misma línea y tasas de cambio estables, no garantiza de por sí el éxito económico. Con todo, los expertos consultados coinciden en señalar que no se trata de criterios arbitrarios.

Los criterios de convergencia normativa muestran el pulso o la salud de una economía", asegura el catedrático de Economía Emilio Ontiveros. La misma metáfora emplea Yoshiro Niimura, de Deloitte & Touch, cuando se le pregunta por el significado de los requisitos de Maastricht.

"Se sacaron de la historia reciente de los países de la Unión Europea; [se eligió] lo que se consideraba razonable pedir", explica Nicolás Hernández, de AB Asesores. Por ello, opina este experto en análisis macroeconómicos, "no resultan válidos para juzgar a otros países, con distinto nivel de desarrollo, estructura social, y estilo de gasto público, Hernández pone en duda que México cumpliera los cinco requisitos en vísperas de la crisis del peso, en diciembre de 1994, aunque los datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) así parecen indicarlo. Tampoco cree que, a pesar de lo que diga Menem, Argentina los cumpla plenamente hoy. De hecho, el informe que acaba de publicar la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) recoge, en nota a pie de página, que los datos de déficit y deuda públicos referentes a Argentina ,no incluyen las administraciones locales y provinciales. El Tratado de Maastricht se refiere a la deuda consolidada de todas las administraciones públicas.

Respecto al caso de Japón, Hernández menciona que "cumple casi todos, menos la deuda", y, recuerda que el propio Tratado admite una cierta discrecionalidad respecto al déficit y la deuda, siempre que se dé una tendencia sostenida de reducción. "Bendita divergencia de Japón", exclama por su parte Ontiveros, quien señala que en 1996 la deuda japonesa alcanzará casi el 84% del PIB. "Se trata de una herencia del pasado", precisa este economista de Analistas Financieros Internacionales, antes de añadir que también ese país tiene "organizaciones empresariales y ventajas que no son cuantificables en términos de convergencia".

Economías emergentes

Aunque Estados Unidos o Australia podrían, a tenor de los requisitos económicos, formar parte del club de Maastricht, ni Chile, ni Corea, ni China, ni Taiwan pasarían en estos momentos el examen y, sin embargo, son economías en plena expansión. La causa: sus altas tasas de inflación. Pero el hecho de que en las economías emergentes inflación y éxito económico vayan inevitablement unidos, tampoco descalifica los criterios a juicio de los expertos. Fueron diseñados para alcanzar una unión monetaria y para los países europeos.Para Ontiveros, constituyen "condiciones de crecimiento estable". No obstante, resulta difícil trasladarlas a otras sociedades donde se carezca, por ejemplo, de una vedadera clase media. En Europa "se parte de la existencia de capital humano susceptible de aprovechar esa estabilidad", añade.

"Se trata de una experiencia muy interesante, en especial cuando se ve desde fuera de la UE", subraya Niimura. En opinión de este economista japonés, las diferencias entre los Quince determinan la necesidad de esos barómetros, a los que califica de "criterio válido para poder juzgar".

Yoshiro Niimura destaca que el objetivo de la moneda única -"que aún suena como una utopía"- puede convertirse en uno de los "principales instrumentos de la Unión Europea ante la competitividad de Estados nidos y Japón". El factor competitividad es repetidamente mencionado como motivo para asumir los riesgos que lleva aparejado todo el proceso (pérdida de instrumentos de política monetaria por parte de los distintos Gobiernos nacionales).

En todo caso, como precisa el profesor Ontiveros, los criterios de Maastricht son sólo "un mínino común denominador", "condiciones necesarias, pero no suficientes". "La convergencia no lleva automáticamente a la prosperidad, pero sin ella quedaríamos marginados de esas posibles condiciones de prosperidad", asegura. Tal como se lo explica a sus alumnos, "no basta con comprar el billete (cumplir los criterios de Maastricht) para subirse al tren (éxito económico), pero sin él, las posibilidades son remotas".

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