La muerte de Mitterrand rescata su papel de impulsor de la unión europea

François Mitterrand, ex presidente de Francia y una de las más grandes figuras políticas de la segunda mitad del siglo XX, falleció ayer en París, a los 79 años, a consecuencia de un cáncer de próstata que arrastraba desde hace años. Su muerte fue motivo para que políticos e intelectuales recuperaran su papel como impulsor de la unidad europea. Tanto amigos como rivales le tributaron toda clase de elogios, muchos de ellos presentándole como un hombre clave en la construcción de Europa. Felipe González le recordó como un o amigo que fue decisivo en la lucha con el terrorismo y en la incorporaci...

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François Mitterrand, ex presidente de Francia y una de las más grandes figuras políticas de la segunda mitad del siglo XX, falleció ayer en París, a los 79 años, a consecuencia de un cáncer de próstata que arrastraba desde hace años. Su muerte fue motivo para que políticos e intelectuales recuperaran su papel como impulsor de la unidad europea. Tanto amigos como rivales le tributaron toda clase de elogios, muchos de ellos presentándole como un hombre clave en la construcción de Europa. Felipe González le recordó como un o amigo que fue decisivo en la lucha con el terrorismo y en la incorporación de España a lo que hoy es la Unión Europea.

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El corazón de Mitterrand dejó de latir mientras dormía, poco antes (le las 8.30 de ayer, hora en la que fue certificada su defunción. La noticia tardó en trascender, pero no por esperada causó menos efecto a los franceses, nostálgicos (le una grandeza que quizás Mitterrand, fuera el último en encamar. Los elogios fueron inmediatos. Un Jacques Chirac compungido, que protagonizó con el fallecido la más serena cesión de poder de la Y República, le definió como "un modelo". Muchos dirigentes mundiales, de Bill Clinton a González, pasando por Helmut. Kohl, asociaron la palabra clarividencia con Mitterrand. "En relación con España, ha sido una persona absolutamente clave", dijo González. "En 1983 superamos dos contenciosos históricos importantes: la cooperación en la lucha contra el terrorismo y la incorporación de España a la Comunidad Europea".Desde que en mayo dejó el Elíseo, tras 14 años que culminaron una controvertida vida entregada con pasión a la política, Mitterrand era un jubilado que paseaba plácidamente por París y preparaba sus memorias. La enfermedad iba estrechando cada vez más su cerco y Mitterrand hizo un último gesto: pasar las navidades en Egipto. Era como un faraón deseoso de dejar una impronta de su paso y buena parte de su presidencia estuvo dedicada a perdurar en la memoria. Su vida personal y política, su personalidad y las obras arquitectónicas que inspiró le muestran como un ser complejo, con marcados claroscuros.

François Mitterrand, fotografiado en El Escorial en agosto de 1989

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