Hiroshima y Vargas Llosa

Vargas Llosa parece suscribir los argumentos de J. Silber y R. Aron que él cita (EL PAÍS, 17 de diciembre de 1995) y según los cuales el lanzamiento de la bomba atómica en Hiroshima fue no sólo "justificable, sino indispensable". Sin embargo, las cosas no son tan claras. Como recuerda el historiador norte americano de la Universidad de Stanford Barton J. Bernstein (The Bulletin of Atomic Scientistis, mayo-junio de 1995), en Estados Unidos, después de la II Guerra Mundial, "algunos de los más respetados líderes militares, incluyendo los generales Eisenhower y Mac Arthur y los almirantes ...

Vargas Llosa parece suscribir los argumentos de J. Silber y R. Aron que él cita (EL PAÍS, 17 de diciembre de 1995) y según los cuales el lanzamiento de la bomba atómica en Hiroshima fue no sólo "justificable, sino indispensable". Sin embargo, las cosas no son tan claras. Como recuerda el historiador norte americano de la Universidad de Stanford Barton J. Bernstein (The Bulletin of Atomic Scientistis, mayo-junio de 1995), en Estados Unidos, después de la II Guerra Mundial, "algunos de los más respetados líderes militares, incluyendo los generales Eisenhower y Mac Arthur y los almirantes Leahy y King, pusieron en tela de juicio el que hubiera sido necesario el uso de la bomba atómica".En concreto, Leahy (que fue jefe del Alto Estado Mayor durante parte de la guerra) escribía en 1950: "Al utilizar los primeros la bomba atómica hemos adoptado una norma ética parecida a la de los bárbaros. ( ... ) A mí no me enseñaron a hacer la guerra de esa manera matando mujeres y niños". Así pues, la cuestión fue (antes y después del lanzamiento) disputada incluso por los estrategas, y lo sigue siendo. No, aclara Vargas Llosa si la bomba sobre Nagasaki, lanzada apenas tres días después de la de Hiroshima y sin dar tiempo a los japoneses a que se percataran de sus inauditos efectos, también fue "justificable" e "indispensable".- .