El dirigente respetado

El presidente de Bosnia-Herzegovina, de 70 años, abogado de formación y musulmán convencido, llevó a su país a la independencia en 1992 y ha permanecido en Sarajevo a lo largo de los tres años y medio de atroz asedio de la capital.Nacionalista como los demás líderes balcánicos, pero en un grado civilizado, Izetbegovic ha proclamado a lo largo de la guerra su compromiso con una Bosnia multiétnica.

Sus adversarios, sin embargo, acusan a Izetbegovic de haberse dejado llevar por la facción más integrista de su partido, Acción Democrática, que buscaría revivir en Bosnia un Estado de inspirac...

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El presidente de Bosnia-Herzegovina, de 70 años, abogado de formación y musulmán convencido, llevó a su país a la independencia en 1992 y ha permanecido en Sarajevo a lo largo de los tres años y medio de atroz asedio de la capital.Nacionalista como los demás líderes balcánicos, pero en un grado civilizado, Izetbegovic ha proclamado a lo largo de la guerra su compromiso con una Bosnia multiétnica.

Sus adversarios, sin embargo, acusan a Izetbegovic de haberse dejado llevar por la facción más integrista de su partido, Acción Democrática, que buscaría revivir en Bosnia un Estado de inspiración coránica. Su activismo islámico le valió una sentencia de 14 años de cárcel, de los que cumplió cinco, en los años ochenta.

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Probablemente, Izetbegovic sea el más internacionalmente respetado de los líderes de la antigua Yugoslavia, que ayer firmaron, la paz, en París.

La relativa ingenuidad política de este dirigente musulmán le hizo asegurar por radio, la víspera de que comenzara el ataque serbio en abril de 1992: "Ciudadanos de Sarajevo, dormid tranquilos, que no habrá guerra".

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