González teme que tendrá que ceder a las presiones del partido y encabezar el cartel socialista en marzo

ENVIADO ESPECIALFelipe González teme verse obligado a hacer lo que el partido le pida. En Estocolmo, última etapa de su gira europea, el jefe del Gobierno español tampoco des veló si será cabeza de cartel electoral en marzo, pero sí expresó su temor de tener que ceder a las presiones del PSOE, don de una mayoría desea que repita como candidato a presidente. González respeta a la minoría que, ha solicitado su relevo a través de un manifiesto, pero cree que entre los firmantes se han mezclado "churras y merinas".

Helsinki, por la mañana, y Estocolmo, por la tarde, fueron las últimas capit...

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ENVIADO ESPECIALFelipe González teme verse obligado a hacer lo que el partido le pida. En Estocolmo, última etapa de su gira europea, el jefe del Gobierno español tampoco des veló si será cabeza de cartel electoral en marzo, pero sí expresó su temor de tener que ceder a las presiones del PSOE, don de una mayoría desea que repita como candidato a presidente. González respeta a la minoría que, ha solicitado su relevo a través de un manifiesto, pero cree que entre los firmantes se han mezclado "churras y merinas".

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Helsinki, por la mañana, y Estocolmo, por la tarde, fueron las últimas capitales que González visitó en su gira preparatoria de la cumbre europea de Madrid del próximo fin de semana. En la capital sueca, su anfitrión fue el primer ministro socialdemócrata, Ingvar Carlsson, que abandonará la política en marzo para, dijo, llevar a sus 61 años "una vida normal".Su segura sucesora -la viceprimera ministra Mona, Sahlin, de 38 años- dejó de serlo cuando se desveló el uso indebido de una tarjeta de crédito proporcionada por su ministerio. Tras su dimisión, ningún dirigente socialdemócrata quiso optar al puesto de primer ministro hasta que el titular de Hacienda, Goran Persson, de 46 años, aceptó sacrificarse. Cambió de opinión el martes tras recibir, explicó, "una petición unánime del comité electoral" de su partido.

Las peripecias de sus correligionarios suecos han inspirado a González algunas reflexiones. ¿Es posible sustraerse al clamor de un partido que pide a uno de sus dirigentes que se presente al cargo de primer ministro? "Me temo que no", contestó resignado en una breve rueda de prensa.

Pero sigue sin desvelar del todo sus intenciones, porque tras añadir un lacónico "no digo nada más de lo que digo", recordó que también hay que "tomar en cuenta" otra tradición política sueca, la que reanuda Carlsson retirándose de la política.Aspirantes

González retomó así la idea ex" presada el pasado miércoles en la celebración en el Congreso del 170 aniversario de la Constitución: teme convertirse en un problema para su propio partido, al igual que lo fue Margaret Thatcher en su última época al frente del Gobierno y el partido conservador británico.

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En sus lecturas de prensa española, González ha comprobado que entre los responsables socialistas "se barajan once candidatos, incluso con las fotos" a la sucesión del jefe del Gobierno. "Aunque formo parte de la dirección del partido no tengo ni siquiera la tentación de nombrar a un sucesor", subrayó, para añadir que "nunca un partido puede identificarse con una persona".

Pero no todos en el PSOE quieren que González se presente por quinta vez como cabeza de lista. Capitaneados por Fernando Morán y Gregorio Peces Barba, 17 intelectuales socialistas le instaron el jueves a renunciar a encabezar el cartel. La iniciativa le merece al presidente, "respeto". "No me parece mal, más bien me parece positivo que se expresen", dijo.

Añadió, precisando que lo hacía en tono de broma, que "quizá se han confundido las churras y las merinas dentro de esta toma de posición". "Digamos que hay motivaciones distintas", concluyó sin dar más explicaciones.Balance de una presidencia

Estocolmo era la última estación del via crucis presidencial por la Unión Europea y González quiso hacer balance. El Consejo Europeo que le espera es, vaticinó, "tenso y difícil" pero confía en sacarlo adelante. El arranque de la Conferencia Intergubernamental, que a partir del 29 de marzo reformará el Tratado de Maastricht, y las modalidades de introducción de la moneda única, suscitan aún divergencias.

El presidente español no resistió la tentación de enumerar todos los logros del semestre en el que España ha estado al frente de la UE. González se apuntó como méritos haber dado un impulso a las relaciones con Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay); con Estados Unidos, mediante la firma de la nueva Agenda Trasatlántica; con Rusia, con la conclusión del acuerdo interino; y con los socios de la orilla meridional del Mediterráneo gracias a la reciente Conferencia Euromediterránea de Barcelona.

Puestos a hacer balance, el jefe del Gobierno también resaltó que en los últimos años en España se han superado "problemas históricos como la cuestión religiosa y militar o el conflicto social agudo de hace medio siglo" pero aún queda "pendiente la articulación territorial" del país. "Esto está bien enfocado pero todavía subyace", señaló, "tenemos que ir madurándolo".

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