Entrevista:

"Me gustaría que los himnos fueran bailables"

Poesía y docencia son dos constantes en la existencia de Vicente Zaragoza Sesméro, un mostoleño "de adopción", como él mismo se confiesa, que a sus 47 años, ha conseguido aclarar las confusas señas de identidad del municipio poniéndole letra a un himno que carecía de ella desde hace más de 10 años. Escritor de poesía, maestro de EGB y pacifista desde siempre, este manchego tuvo que pelearse con la música para acoplar el mensaje que quería lanzar: una evocación de la lucha contra el invasor francés, pero sobre todo, un grito de esperanza hacia el futuro. Sesmero presentó su trabajo con el lema...

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Poesía y docencia son dos constantes en la existencia de Vicente Zaragoza Sesméro, un mostoleño "de adopción", como él mismo se confiesa, que a sus 47 años, ha conseguido aclarar las confusas señas de identidad del municipio poniéndole letra a un himno que carecía de ella desde hace más de 10 años. Escritor de poesía, maestro de EGB y pacifista desde siempre, este manchego tuvo que pelearse con la música para acoplar el mensaje que quería lanzar: una evocación de la lucha contra el invasor francés, pero sobre todo, un grito de esperanza hacia el futuro. Sesmero presentó su trabajo con el lema "los versos de Rubén Blades". Lo hizo pensando en la canción Pedro Navajas, de este autor, que finaliza con una frase rotunda: "La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida". Y eso fue lo que le ocurrió al padre de la letra del himno de Móstoles.Pregunta. ¿Cómo concibió la parte escrita de la pieza musical?

Respuesta. Fue. un reto para mí desde que acudí a la audición. Ya en la primera sentada, en vez de empezar a adaptarla, me hice un a declaración de intenciones. Quería acoplarme a la música, lo que para mí era una limitación impuesta, ya que cada cual tiene su propia estructura rítmica. También había que hablar de la guerra contra los franceses de 3808, pero no deseaba detenerme demasiado en ese aspecto del pasado, sino resaltar más la llamada al futuro. No me gusta que un pueblo pase a la historia por declarar la guerra, sino por conseguir la paz.

P. ¿Qué debe tener un himno para que la gente lo asuma como una seña de identidad?

R. Para empezar, me gustaría que los himnos pudieran bailarse en vez de servir para desfilar, pero yo creo que deben ser muy populares sin caer en la vulgaridad. Así, todo el mundo se lo aprende. Yo espero que los mostoleños canten el himno, aunque no por la calle.

P. ¿Existe algún lugar que le inspire especialmente para hablar del municipio?

R. Me encanta la plaza del Cuartel Huerta porque allí hubo un acuartelamiento y hoy la ocupan la biblioteca central y el conservatorio con un parque maravilloso y una fuente. Ése es mi sueño de futuro para Móstoles. Lo que tenemos que seguir reivindicando entre todos son los espacios que potencien la convivencia con los demás.

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P. ¿Cómo recibió la noticia de la elección de su obra?

R. Me llamaron al trabajo desde el Ayuntamiento y mi primera reacción fue de alegría. Después agradecí especialmente las declaraciones de reconocimiento de los poetas Félix Grande y Ana Rosetti.

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