Satisfacción rusa ante el eventual retraso a 1997 de la ampliación de la OTAN

El ministro de Exteriores de Rusia, Andréi Kózirev, se mostró ayer satisfecho por la supuesta decisión de la OTAN de retrasar hasta 1997 la ampliación hacia el Este. Kózirev, que estaba en la localidad de Murmansk, calificó de "positiva" *la decisión adoptada, según él, por los ministros de Defensa de la OTAN y propuso mantener consultas sobre el tema. No obstante, un responsable de la OTAN aseguró ayer en Williamsburg (EE UU), donde los ministros aliados estaban reunidos, que la Alianza no ha tomado ninguna decisión para retrasar la ampliación hacia el Este. El responsable dijo: "Los ruso...

El ministro de Exteriores de Rusia, Andréi Kózirev, se mostró ayer satisfecho por la supuesta decisión de la OTAN de retrasar hasta 1997 la ampliación hacia el Este. Kózirev, que estaba en la localidad de Murmansk, calificó de "positiva" *la decisión adoptada, según él, por los ministros de Defensa de la OTAN y propuso mantener consultas sobre el tema. No obstante, un responsable de la OTAN aseguró ayer en Williamsburg (EE UU), donde los ministros aliados estaban reunidos, que la Alianza no ha tomado ninguna decisión para retrasar la ampliación hacia el Este. El responsable dijo: "Los rusos puede que hayan interpretado declaraciones de EE UU como decisiones de la Alianza", informa France Presse.La ampliación de la OTAN suscita enconadas reacciones en Rusia y su supuesta postergación daría un margen de respiro a los políticos prooccidentales rusos, que durante las campañas electorales en curso podrán relajarse un poco ante los reproches de los sectores nacionalistas.

"En Europa nadie quiere volver a vivir a punto de que le adviertan de una guerra nuclear con 10 minutos de anticipación tan sólo para que los polacos o los bálticos se reúnan en el Consejo de la OTAN", decía ayer el analista militar Pavel Felgengauer.

Las respuestas que los expertos rusos consideran ante la ampliación de la OTAN al Este van desde el incremento de las Fuerzas Armadas de Rusia hasta la desvinculación de los tratados de desarme firmados con Occidente, la integración militar con Bielorrusia y una alianza militar con Ucrania.

El Ministerio de Defensa ha comenzado ya la campaña por el incremento de efectivos de las Fuerzas Armadas rusas. El jueves, el titular del departamento, Pável Grachov, manifestó que los métodos occidentales para calcular la cifra óptima de las Fuerzas Armadas no son aplicables a Rusia. Los efectivos rusos, según el ministro, no deben contabilizarse a razón de un 1% de la población (tal como establece la Ley de Defensa), lo que equivale a 1,48 millones de hombres en la actual Situación demográfica sino en función de la densidad por kilómetro de frontera. En la actualidad, aseguró el ministro, el Ejército ruso tiene 1,7 millones de personas y una densidad de 28 personas por kilómetro cuadrado, mientras EE UU tiene 62 soldados, y China 86, para la misma extensión. Grachov, sin embargo, no tenía en cuenta otros contingentes, entre ellos las tropas fronterizas, no dependientes de Defensa, que en su conjunto igualan a los efectivos del Ejército.

Reducción de armas nucleares

En lo que a tratados con Occidente se refiere, la consecuencia mas inmediata de la fiebre proatlantista de los ex aliados de Moscú será la no ratificación del tratado de reducción de armas nucleares START-2, que los presidentes de Rusia y EE UU firmaron en enero de 1993. El polémico documento, que se quemó en el incendio de la sede del antiguo Parlamento ruso en octubre de 1993 antes de poder ser ratificado por el Sóviet Supremo, será debatido en la Duma Estatal (la Cámara baja del Parlamento) el 17 de octubre, en vísperas del viaje del presidente Yeltsin a la Asamblea General de la ONU.El START-2, que prevé reducir las cargas nucleares hasta 3.500 unidades para el año 2003, obliga a Moscú a liquidar sus misiles intercontinentales con base en tierra (los SS-18 y SS-19), que han sido el elemento clave de sus arsenales estratégicos, y transfiere el centro de gravedad de estos arsenales a los misiles lanzados desde submarinos, un campo donde Rusia está en desventaja respecto a Estados Unidos.

Rusia, sin embargo, hace esfuerzos por no ser borrada del mapa como potencia marítima y el jueves, fue botado por fin el buque Pedro el Grande, el mayor crucero nuclear portamisiles de la flota rusa.