VIENTO EN POPA A TODA MANTA

Hel, un pesquero polaco al que una avería en las máquinas dejó a merced de las olas y de los vientos en aguas de la costa asturiana, arribó al puerto de El Musel, en Gijón, a vela, utilizando para ello las mantas que había a bordo. Era el final ingenioso para una navegación de la que apenas se conocen otros detalles por el silencio en que permanecen los tripulantes. El barco procedía de Marruecos, donde, según la prensa asturiana,. su dotación trató de venderlo el pasado mes de junio. Ahora, el pesquero permanece atracado en uno de los muelles del puerto gijonés ante la imposibilidad de...

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Hel, un pesquero polaco al que una avería en las máquinas dejó a merced de las olas y de los vientos en aguas de la costa asturiana, arribó al puerto de El Musel, en Gijón, a vela, utilizando para ello las mantas que había a bordo. Era el final ingenioso para una navegación de la que apenas se conocen otros detalles por el silencio en que permanecen los tripulantes. El barco procedía de Marruecos, donde, según la prensa asturiana,. su dotación trató de venderlo el pasado mes de junio. Ahora, el pesquero permanece atracado en uno de los muelles del puerto gijonés ante la imposibilidad de hacer frente a la reparación de la avería, cuyo coste se estima en tres millones de pesetas. Manuel Quintana Pérez, responsable en Asturias de la UGT del mar, y que se ocupa de la situación en que se hallan los pescadores, sin dinero y con escasos víveres, ha declarado que el patrón del Hel debe a sus tripulantes la nómina de los tres últimos meses, y que los tres marineros que permanecen en el barco son incapaces de localizar al armador- JAVIER CUARTAS, Oviedo

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