Altercado con barricadas en la península del Morrazo

Fue la movilización más cantada de la semana. Los marineros de la península del Morrazo la estuvieron anunciando cada día y los efectivos policiales trataron de atajarla con un despliegue inusual. No lograron evitar el corte de la carretera de Cangas a Bueu, pero sí la cela da que los marineros habían preparado en ese enclave y que vaticinaban como su acción más espectacular. Al final, la carga de las unidades antidisturbios de la Guardia Civil resolvieron el altercado con un único lesionado: un guardia herido por un bote de humo disparado por sus compañeros.A las 10 horas ocupó el alt...

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Fue la movilización más cantada de la semana. Los marineros de la península del Morrazo la estuvieron anunciando cada día y los efectivos policiales trataron de atajarla con un despliegue inusual. No lograron evitar el corte de la carretera de Cangas a Bueu, pero sí la cela da que los marineros habían preparado en ese enclave y que vaticinaban como su acción más espectacular. Al final, la carga de las unidades antidisturbios de la Guardia Civil resolvieron el altercado con un único lesionado: un guardia herido por un bote de humo disparado por sus compañeros.A las 10 horas ocupó el alto de A Portela, en el límite de los municipios de Cangas y Bueu, el primer grupo de manifestantes, medio centenar contando mujeres y algunos chavales, que cortaron el tráfico embozados todos con pañuelos, medias, pasamontañas, bolsas de plástico. Eran el cebo, que la Guardia Civil no llegó a picar.

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Un kilómetro más abajo, surgió del monte el núcleo más combativo, unos 200 marineros igualmente embozados. Armados de motosierras, talaron una docena de eucaliptos que cayeron directamente sobre el asfalto. Eran las 10.30 y la Guardia Civil no aparecía. Los dirigentes de los manifestantes controlaban la logística empleando walky-talkies y jerga marinera: "Dos moros navegan a poca máquina" (dos coches policiales que se acercaban), "dile a Charly que van por popa. Ya entró el bonito en el aparejo"...

Los marineros prendieron fuego en la barricada, sacaron grandes piedras a la carretera y se aprovisionaron de otras para, llegado el momento, lanzarlas contra los antidisturbios.

A las 11.20 surgió la columna de vehículos de la Guardia Civil. Diez minutos después y tras el pertinente aviso, dos docenas de guardias cargaban con toda su parafernalia de botes de humo y balas de goma. Los marineros respondieron a pedradas, antes de dispersarse en el monte. Los antidisturbios no entraron por el alto, como querían los manifestantes.

Los marineros se reagruparon y recorrieron Cangas con gritos con sabor de crónica: "Les dimos candela, en el alto de A Portela", "queremos faenar y no mendigar".

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