Cartas al director

Alerta ecológica

Me cuento entre los habitantes de San Lorenzo de El Escorial, uno de los más extraordinarios lugares de la sierra madrileña, que ha ido sufriendo también las consecuencias de la degradación progresiva de su medio., Se secaron nuestros olmos, con la terrible grafiosis, igual que en multitud de sitios, y al parecer nada se pudo hacer. No se replantaron otras especies y se perdió una masa arbórea nada despreciable. . Anteriormente era famosa, por 1 su arboleda cerrada hoy desaparecida, la entrada por la carretera de, Guadarrama. No se ha hecho nada por recuperar este paraje. Hasta ahora hemos ten...

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Me cuento entre los habitantes de San Lorenzo de El Escorial, uno de los más extraordinarios lugares de la sierra madrileña, que ha ido sufriendo también las consecuencias de la degradación progresiva de su medio., Se secaron nuestros olmos, con la terrible grafiosis, igual que en multitud de sitios, y al parecer nada se pudo hacer. No se replantaron otras especies y se perdió una masa arbórea nada despreciable. . Anteriormente era famosa, por 1 su arboleda cerrada hoy desaparecida, la entrada por la carretera de, Guadarrama. No se ha hecho nada por recuperar este paraje. Hasta ahora hemos tenido suerte con los incendios, pero en San Lorenzo no nos hacen falta para acabar con el pinar. Basta ver cómo de un tiempo a esta parte se secan a nuestro alrededor decenas de pinos. Es cuestión de poco tiempo. Un parásito se come en 10 días árboles de muchísimos años, que son la sal de este monte de Abantos, calificado por muchos de mis amigos extranjeros como uno de los parajes más bellos y glosado por nuestros escritores y poetas, muchos de ellos veraneantes de esta sierra.

Carlos G. Ximénez ha denunciado esta catástrofe en varios medios, entre otros Telemadrid, aunque, según parece, los especialistas consideran que todo está bajo control. Yo les digo que vengan al primer tramo de la carretera de la Presa -o a Cualquier otra parte del pinar- y lloren. No se ve a nadie trabajando, al menos por aquí. Nadie corta, transporta y quema, soluciones éstas recomendadas para que el bichito no se extienda.

Las ardillas bajan y suben a velocidad vertiginosa por las cortezas, bajo las cuales rumorea un ejército de escolítidos implacables. La Agencia de Medio Ambiente debe estar muy ocupada con los terribles incendios de estos días. Lo comprendo. Pero de no mediar una acción rápida y experta, en el otoño, cuando vuelva a abrirse España, el paisaje de Abantos será en gran parte marrón, como corresponde quizá a tanto desinterés y desidia por parte de todos. Y que no me digan que exagero y que "todo está bajo control", cuando todos los días doy fe de nuevas víctimas de esta mortandad. Claro que nada me agradaría más que estar equivocado y ser señalado como alarmista. Demuéstremelo quien corresponda, por favor.-

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