Colombia bate su propio récord: 108 asesinatos diarios

Si alguien tenía duda de que Colombia es el país más violento del mundo, el presidente, Ernesto Samper, se encargo de confirmarlo el miércoles por la noche: en los primeros seis meses de este año se han cometido 19.450 asesinatos, unos 108 por día, afirmó al decretar el estado de conmoción interior y suscribir con la Iglesia, los empresarios, los sectores sindicales y los partidos el Acuerdo Nacional Contra la Violencia.

Con este pacto, según algunos, el Gobierno intenta pasar la página del Proceso 8.000, que lleva la fiscalía general por presunta filtración de dinero del nar...

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Si alguien tenía duda de que Colombia es el país más violento del mundo, el presidente, Ernesto Samper, se encargo de confirmarlo el miércoles por la noche: en los primeros seis meses de este año se han cometido 19.450 asesinatos, unos 108 por día, afirmó al decretar el estado de conmoción interior y suscribir con la Iglesia, los empresarios, los sectores sindicales y los partidos el Acuerdo Nacional Contra la Violencia.

Con este pacto, según algunos, el Gobierno intenta pasar la página del Proceso 8.000, que lleva la fiscalía general por presunta filtración de dinero del narcotráfico en la política, y en particular en la campaña que condujo al triunfo del propio Ernesto Samper, candidato del Partido Liberal.

A finales de 1994, la cifra de muertes violentas en los 12 meses era de 28.000, según el Centro de Investigaciones y Educación Popular. Es decir que, si continúa la espiral, en diciembre el dato será escalofriante: unos 40.000 colombianos habrán muerto de forma violenta, casi el doble del promedio anual de homicidios en Estados Unidos.

La situación no es nueva, como tampoco el que el Gobierno apele al estado de excepción para combatir este fenómeno que, según las estadísticas de la barbarie, ha dejado en Colombia 78,47 homicidios por 100.000 habitantes en promedio anual en el último lustro. El motivo más importante no es la confrontación política, a la que se atribuyen cinco muertes diarias. También hay una víctima diaria de "operaciones de limpieza" contra marginados e indigentes. Y, sobre todo, en Colombia se mata "por codicia, por venganza, por ira, por acaloramiento, por intoxicación o por mera perversidad", dice el defensor del pueblo, Jaime Córdoba Triviño.

Matar por nada y por todo

Contrariamente a lo que opinan los portavoces de los sectores que suscribieron el Acuerdo Nacional Contra la Violencia, hay quienes opinan, desde la intelectualidad y las organizaciones no gubernamentales, que la mayor represión derivada del estado de conmoción interior no solucionará el problema, sino que podría agravarlo. La criminalidad "se ve favorecida por el mantenimiento de medidas que restringen el ejercicio de ciertos derechos", afirma un estudio de la Seccional Colombia de la Comisión Andina de Juristas.El procurador para los Derechos Humanos, Hernando Valencia Villa, encabezó un ensayo sobre el tema con una cita de Miguel de Cervantes en El coloquio de los perros: "Un poco más de luz y no más sangre". Valencia opina que la verdadera ilegitimidad del régimen viene de que su aparato de justicia "no puede castigar ni el 10% de la criminalidad". Tal vez por eso, algunos, como el politólogo Hernando Gómez Buendía, piensan que, pese a la dimensión y crisis suscitada por el Proceso 8.000, sobre cuyo desenlace no hay pronósticos claros, "en Colombia lo más grave ya pasó".

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