Ironía
Ni unos ni otros respetan la Constitución ni los derechos humanos. Resulta tristemente irónico que haya sido precisamente la amenaza de disturbios por unos integristas políticos lo que haya obligado a suspender (por ahora) un acto de integrismo religioso, digno de los mejores días del nacionalcatolicismo: el "desfile de autoridades" en La Salve (le las fiestas de San Sebastián. Autoridades que, o bien violan su conciencia sí no profesan el catolicismo, o, de serlo, abusan (le su cargo presentándose como tales en un acto confesional, dan(lo triste ejemplo oficial a los otros de cómo se pisotea ...
Regístrate gratis para seguir leyendo
Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
Ni unos ni otros respetan la Constitución ni los derechos humanos. Resulta tristemente irónico que haya sido precisamente la amenaza de disturbios por unos integristas políticos lo que haya obligado a suspender (por ahora) un acto de integrismo religioso, digno de los mejores días del nacionalcatolicismo: el "desfile de autoridades" en La Salve (le las fiestas de San Sebastián. Autoridades que, o bien violan su conciencia sí no profesan el catolicismo, o, de serlo, abusan (le su cargo presentándose como tales en un acto confesional, dan(lo triste ejemplo oficial a los otros de cómo se pisotea la legalidad por propia conveniencia. ¿Cuándo aprenderemos a cumplir de verdad, religiosamente, la Constitución?-