La basura invade Barceló tras el bullicio nocturno

La plaza de Barceló amaneció ayer cubierta de basura. Sus jardines aparecieron repletos de latas, desperdicios, jeringuillas, cristales rotos y litronas. Una triste escena que se repite desde hace cuatro años todos los sábados y domingos, según denuncian los vecinos. Pero ayer fue peor, dicen ellos. Huellas de noches de bullicio arruinan esta costumbrista zona de paseo situada junto al Museo Municipal.Los residentes han explotado. Ayer, afligidos, se quejaban en la plaza. El panorama es insoportable y el hedor terrible. Múltiples personas consternadas por este desorden acusaron ayer al Ayuntam...

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La plaza de Barceló amaneció ayer cubierta de basura. Sus jardines aparecieron repletos de latas, desperdicios, jeringuillas, cristales rotos y litronas. Una triste escena que se repite desde hace cuatro años todos los sábados y domingos, según denuncian los vecinos. Pero ayer fue peor, dicen ellos. Huellas de noches de bullicio arruinan esta costumbrista zona de paseo situada junto al Museo Municipal.Los residentes han explotado. Ayer, afligidos, se quejaban en la plaza. El panorama es insoportable y el hedor terrible. Múltiples personas consternadas por este desorden acusaron ayer al Ayuntamiento de desidia. Según los vecinos, los empleados de limpieza no asean la plaza durante los fines de semana. "Es desolador ver esto cada mañana", gritaba, indignada una vecina. "Cientos de chavales de la zona de San Mateo, Pachá y bares cercanos vienen aquí con sus litronas y arrasan la plaza" relata Pilar Molina. Eduardo Pardo, otro vecino, no entiende cómo un sitio tan emblemático está tan abandonado. "Suelo llegar pronto y es sorprendente toparse con este paisaje".

Los residentes temen que durante los fines de semana algún niño resulte herido mientras juega por la plaza. Algo que ya ocurrió hace dos años, según cuenta Susana: "Una amiga mía se pinchó con una jeringuilla y estuvo dos años en tratamiento". Para las madres, la basura es un riesgo. "Tengo que estar todo el día detrás de mi hijo para que no toque los cristales", cuenta Margarita Adrada.

Alberto, un inquieto niño de 11 años, suspiraba ayer: "Que la limpien, que no podemos jugar". A su lado, Emilio, un anciano de 74 años, comentaba entristecido: "Vivo cerca, y aquí vengo a dar un paseo, pero los fines de semana se me quitan las ganas de andar por aquí con tanta suciedad". El desolador panorama ha sido denunciado también por la asociación de padres del colegio Isabel la Católica.

Para los vecinos la solución esta en manos del Ayuntamiento. "Una patrulla de limpiadores podría pasar por aquí y limpiarlo un poquito", demanda Andrés Cuenca, portavoz vecinal.Según los residentes, el Ayuntamiento rehabilita y mejora la fachada del Museo Municipal y se olvida de lo que ocurre en las espaldas del mismo edificio histórico. "Es llamativo cómo cuidan una casa y desprecian otra", decía Milagros, un ama de casa de 45 años. Asimismo, los transeúntes lamentan que. los urinarios públicos de la plaza lleven cerrados desde hace tres años.

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