CRISIS DE GOBIERNO

González limita la remodelación de su Gobierno a las dimisiones de Serra y García Vargas

Felipe González comunicó ayer al vicepresidente del Gobierno, Narcís Serra, y al ministro de Defensa, Julián Garcia Vargas, que acepta sus dimisiones, presentadas al estallar el escándalo de las escuchas del Cesid. González dudó hasta primera hora de la tarde entre anunciarlo en su intervención parlamentaria, prevista para esta tarde, o ayer mismo. Optó por esta segunda opción, consciente de que el grito de la oposición en el Congreso iba a ser, como mínimo, la petición de estas dimisiones, y, una vez que tenía decidida su aceptación, no debía pasar ante la opinión pública como que el Parlamen...

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Felipe González comunicó ayer al vicepresidente del Gobierno, Narcís Serra, y al ministro de Defensa, Julián Garcia Vargas, que acepta sus dimisiones, presentadas al estallar el escándalo de las escuchas del Cesid. González dudó hasta primera hora de la tarde entre anunciarlo en su intervención parlamentaria, prevista para esta tarde, o ayer mismo. Optó por esta segunda opción, consciente de que el grito de la oposición en el Congreso iba a ser, como mínimo, la petición de estas dimisiones, y, una vez que tenía decidida su aceptación, no debía pasar ante la opinión pública como que el Parlamento le obligaba.

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González se inclina por hacer una crisis de corto alcance, con los ajustes imprescindibles tras las dimisiones de Serra y Garcia Vargas, según fuentes de La Moncloa. El jefe del Ejecultivo medita sobre la posibilidad de dejar sin sustituto la vicepresidencia. El ministro de Educación y Ciencia, Gustavo Suárez Pertierra, pasará, con toda probabilidad, a desempeñar la cartera de Defensa, en la que ya fue secretario de Estado de Administración Militar.En su lugar, ayer se barajaba que el actual secretario de Estado de Educación, Alvaro Marchesi, responsable de la reforma educativa en la enseñanza no universitaria, será nombrado ministro de Educación y Ciencia.

Serra, García Vargas y el ministro de la Presidencia, Alfredo Pérez Rubalcaba, que se entrevistaron con González en La Moncloa, abandonaron la presidencia a las once de la noche.

El titular de Asuntos Exteriores, Javier Solana, de quien se especulaba que sustituiría a Narcís Serra, respondió ayer a una pregunta sobre si aceptaría ser vicepresidente: "No, porque [Felipe González] no me lo ha pedido".

Todas las fuentes consultadas ayer aseguraban que González no se inclina por los "experimentos" y se va a limitar a cubrir las sustituciones estrictamente necesarias. Serra y García Vargas se sentarán hoy en el banco azul en la sesión plenaria del Congreso, y mañana, viernes, acudirán a su última sesión del Consejo de Ministros.

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González tiene que informar al Rey de los cambios de Gobierno. Don Juan Carlos asistirá este sábado a la boda de su sobrino Pablo de Grecia, hijo de Constantino de Grecia y sobrino de la reina Sofía, con Marie Chantal Miller, hija de un multimillonario propietario de tiendas duty free [libres de impuestos] de aeropuertos.

"Necesario, pero insuficiente"

El portavoz del Grupo Catalán, Joaquim Molins, fue contundente al conocer la aceptación de las dimisiones: "Eran lógicas e inevitables, condición necesaria, pero claramente insuficiente". Para el Grupo Catalán, con estas dimisiones no se arregla el problema de fondo de un Gobierno al que no ve con voluntad de tomar la iniciativa política.

Las fuentes gubernamentales consultadas reconocen que en la precipitación de la crisis antes de la comparecencia de González en el Congreso ha jugado un papel importante la presión de CiU, que sigue sin bajar el pistón a pesar de la entrevista del pasado sábado en La Moncloa entre el presidente del Gobierno y el de la Generalitat, Jordi Pujol.

González supo a media mañana que Molins, portavoz del Grupo Catalán, pensaba pedir hoy con fuerza, "como mínimo", las dimisiones de Serra y García Vargas, e incluso pensaba quejarse de que no las hubiera aceptado antes. Desde esta perspectiva, González no quería aparecer como que aceptaba las dimisiones por presiones de CiU, cuando desde el primer momento tenía previsto aceptarlas.

El jefe del Ejecutivo despachó por la mañana y por la tarde con los dos dimisionarios. Primero, para comunicarles que aceptaba sus dimisiones, y después, por la tarde, para hablar de la investigación interna en el Cesid y los nuevos datos que ambos le aportaron para el debate de hoy.

En el entorno del presidente se reconoce que hubo dudas sobre la difusión de la aceptación de estas dimisiones. Sólo había dos posibilidades: González las haría públicas en su intervención en el Congreso o las daba a conocer ayer mismo, como finalmente hizo. El presidente del Grupo Socialista, Joaquín Almunia, fue movilizado en torno a las siete de la tarde para comunicarle la noticia.

La crisis, no obstante, la cerrará González durante el fin de semana, según todas las fuentes consultadas. El presidente celebrará el lunes la primera reunión con la Comisión Europea. Al día siguiente comparecerá en el Congreso para hacer balance de la cumbre de Cannes y las perspectivas políticas de España.

Durante su ausencia de Madrid por encontrarse en la cumbre de Cannes, los altos cargos de vicepresidencia y la secretaria general de la Presidencia, Rosa Conde, han trabajado en distintos borradores para González.

Para hoy tiene previsto, en su primer debate sobre las escuchas del Cesid, hablar sobre el concepto de responsabilidad política, tanto en su versión personal como según la entienden en las democracias occidentales. Hoy se puede presentar con un bagaje bastante repleto, desde su punto de vista.

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