Pujol quiere hablar de los presupuestos antes de fijar las elecciones

Sólo un acuerdo sobre los Presupuestos para 1996 entre el Gobierno y CiU y el desbloqueo de leyes que afectan a la Generalitat podría alejar la convocatoria de unas elecciones inmediatas. Felipe González y el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, mantuvieron ayer en Madrid una reunión de dos horas y media en La Moncloa.

La entrevista intentaba desbloquear una relación que los últimos escándalos políticos, los desacuerdos en temas de transferencias y la demora en la aprobación de distintas leyes que afectan a Cataluña han situado al borde la ruptura.Mientras en las filas del Gobiern...

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Sólo un acuerdo sobre los Presupuestos para 1996 entre el Gobierno y CiU y el desbloqueo de leyes que afectan a la Generalitat podría alejar la convocatoria de unas elecciones inmediatas. Felipe González y el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, mantuvieron ayer en Madrid una reunión de dos horas y media en La Moncloa.

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La entrevista intentaba desbloquear una relación que los últimos escándalos políticos, los desacuerdos en temas de transferencias y la demora en la aprobación de distintas leyes que afectan a Cataluña han situado al borde la ruptura.Mientras en las filas del Gobierno se valoraba la reunión -celebrada en un clima de hermetismo absoluto- como un éxito por haberse alejado el riesgo de rupturas, fuentes de Converència i Unió, el partido que preside Jordi Pujol, eran mucho más cautas. Según fuentes nacionalistas, el presidente catalán comunicó a González "cuál es su posición sobre la situación política española y los pactos que mantienen ambas fuerzas".

Si se llegaran a concretar a su favor los temas planteados ayer en La Moncloa, Pujol podría presentarse ante su partido (Convergència Democrática) y sus socios de Unió Democrática con un bagaje de contrapartidas que le permitiría previsiblemente, neutralizar las voces que sólo ven inconvenientes en la colaboración con los socialistas y que propugnan la ruptura definitiva. González, por su parte, podría afrontar la presidencia de la Unión Europea sin la espada de Damocles que representaba el riesgo de ruptura con los catalanes.

No obstante, la última palabra no la dirá Pujol hasta pasado el 17 de julio, después de que la dirección de su coalición haga una evaluación en el terreno económico, presupuestario y autonómico.

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