Editorial:

UItimátum de Pujol

LA COALICIÓN que lidera el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, acaba de lanzar un ultimátum al Gobierno para que aclare antes del 17 de julio si desea seguir contando con su apoyo para la gobernación del Estado. Pujol ha asegurado a González su respaldo durante el semestre de presidencia de la Unión Europea que empieza el 1 de julio, pero su socio democristiano Unió Democrática de Catalunya (UDC) ha querido sacar partido de la posición privilegiada que le proporcionan sus cinco diputados sobre los 17 con que cuenta CiU en el Parlamento español. Ha elegido para ello, de acuerdo con su de...

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LA COALICIÓN que lidera el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, acaba de lanzar un ultimátum al Gobierno para que aclare antes del 17 de julio si desea seguir contando con su apoyo para la gobernación del Estado. Pujol ha asegurado a González su respaldo durante el semestre de presidencia de la Unión Europea que empieza el 1 de julio, pero su socio democristiano Unió Democrática de Catalunya (UDC) ha querido sacar partido de la posición privilegiada que le proporcionan sus cinco diputados sobre los 17 con que cuenta CiU en el Parlamento español. Ha elegido para ello, de acuerdo con su definición democristiana, la bandera de la oposición a la ampliación de los supuestos del aborto legal.El resultado del forcejeo entre los dos miembros de la coalición ha sido el comunicado emitido ayer por el comité de enlace entre ambos, en el que se da un plazo a los socialistas para ganarse una prórroga de su apoyo. Convergencia i Unió examinará la actitud de los socialistas en los ayuntamientos en los que los nacionalistas son la lista más votada y estará atenta a los dos pilares del pacto: la política económica y el impulso autonómico. El comunicado no dice nada específico sobre el aborto, aunque haga una referencia a las prácticas parlamentarias del PSOE "que impiden un acuerdo global en importantes iniciativas legislativas".

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Está claro que Pujol no desea abandonar a González por una cuestión, como el aborto, que no suscita en su partido tantas emociones como en su socio. Los argumentos utilizados por Pujol para apoyar al Gobiemo se caen de un plumazo si la rupturase produce por una cuestión tan ideológica que no le permite presentar un balance suficientemente lucido, ante todo en materia autonómica, de la experiencia de cooperación en la gobernabilidad de España, incluyendo una presidencia europea que aún no ha empezado. En todo caso, en el forcejeo entre Pujol y Duran parece revelarse un combate por el calendario político. Unió se ha mostrado partidaria de romper en enero y convocar elecciones generales en primavera, con la consecuencia de adelantar las autonómicas al otoño para evitar que coincidan.

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Los resultados de las municipales y la consolida ción de la implantación territorial de Unió sitúan a este partido en posición de ventaja frente a la relativa debilidad de CDC, afectada por la derrota de Roca en Barcelona y su posterior anuncio de que abandonará la secretaría general; por la pinza entre el PP catalán y Esquerra, y, como postre, por el estallido de un escándalo que afecta al proyecto de renovación generacional y de regeneración moral de la vida política tal como había sido presentado por Pujol. Jaume Roma, el actual consejero de Obras Públicas, de' 36 años, implicado en un supuesto caso de malversación, fue nombrado como sustituto de Josep Maria Cullell, tras la dimisión de éste por un supuesto asunto de tráfico de influencias. El caso amenaza con abrir un boquete de credibilidad y de confianza en el seno de la propia coalición y de un partido, CDC, que ha visto cómo era orillada una generación entera (le dirigentes políticos en favor de jóvenes desconocidos y aguerridos.

No son éstas las mejores condiciones para convocar unas elecciones autonómicas anticipadas, como desea UDIC y el propio PP. Al contrario, todo parece llevar a que Pujol intente prolongar su apoyo a González con el propósito de aplazar lo más posible el momento del balance, a la espera de que la recuperación económica y algunos logros autonómicos justifiquen sus desvelos a favor de la gobernabilidad. El plazo de poco más de un mes de observación que se han dado los partidos coligados servirá para que Pujol pida resultados y argumentos al Gobierno para no verse obligado a romper. Entre sus demandas estará, sin duda, la de que González ponga un poco de sordína a Belloch y Borrell. Pero servirá también para que Duran siga hurgando en los bolsillos de Pujol con el objetivo de robarle la llave de la mayoría. parlamentaria y con ella el reloj que marca el tiempo de la agenda política. Es un ultimátum, ciertamente, pero de algún modo es un ultimátum de Pujol a sí mismo.

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