Consejo para esquivar la marabunta

Conviene llegar muy pronto, a la hora de apertura. La mayoría de las bibliotecas abren a las 8.30 o a las 9; es útil no empeñarse en ir en grupos, ya que, por lo general, las plazas que se encuentran son individuales. Los viernes son los días menos concurridos. Asimismo, a la hora de comer, la afluencia decrece sensiblemente: ése es el momento indicado para aferrarse a un puesto y no abandonarlo en toda la tarde.En época de exámenes, las reglas de apropiación de plazas son estrictas: en la Universidad Complutense, por ejemplo, no se puede permanecer más de 20 minutos fuera de la sala. Se corre...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Conviene llegar muy pronto, a la hora de apertura. La mayoría de las bibliotecas abren a las 8.30 o a las 9; es útil no empeñarse en ir en grupos, ya que, por lo general, las plazas que se encuentran son individuales. Los viernes son los días menos concurridos. Asimismo, a la hora de comer, la afluencia decrece sensiblemente: ése es el momento indicado para aferrarse a un puesto y no abandonarlo en toda la tarde.En época de exámenes, las reglas de apropiación de plazas son estrictas: en la Universidad Complutense, por ejemplo, no se puede permanecer más de 20 minutos fuera de la sala. Se corre el riesgo de perder el sitio. También son más estrictos los controles de seguridad: en la Biblioteca de Humanidades, de la Complutense, exigen estos días el carné de estudiante. Y lo, comprueban. Según cuentan los vigilantes, más de un estudiante se ha intentado colar con el carné de su amiga.

Más información

Otra de las opciones para encontrar una sitio tranquilo donde poder devorar apuntes son los cafés. El Gijón, por ejemplo. Eso sí, los estudiantes tienen que disponer de al menos 250 pesetas que cuesta un café. Y tener en cuenta que las mesas son pequeñas como para ir en grupo y extender libros y cuadernos. Como ventajas: la oportunidad de poder consultar con algún literato, asiduos clientes de este café, situado en el paseo de Recoletos.

Otro de los lugares poco concurridos son las cafeterías de los museos. A elegir entre el Reina Sofía, Museo del Prado, o Museo Thyssen Borthemisza. Por lo general, tranquilas. Un inconveniente: hay que pagar. Con el carné de estudiante cuesta la entrada 200 pesetas.

Una biblioteca desconocida para la mayoría de los estudiantes y donde se pueden encontrar plazas es la del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), en la calle del Duque de Medinaceli. Se trata de una sala de lectura con solera, en la que para hacerse socio sólo es necesario el carné de identidad. Hay plazas libres, sobre todo por las mañanas. Ideal para la gente de letras. Horario: de 8 a 20 horas.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Archivado En