Rock en familia

Los participantes del Villa de Madrid actúan arropados por sus allegados

Público no había mucho, pero sí gente de todas las edades: desde niños de meses en carrito hasta señoras y señores de más de 60 años. Y muchísimos perros. Habían acudido al auditorio del parque Tierno Galván, en el que se celebraba la primera sesión eliminatoria del concurso de rock Villa de Madrid y en el que actuaban también los grupos Pribata Idaho y El Regalo de Silvia. Y no como pensaban tres jóvenes que leían el programa de las Fiestas de San Isidro minutos antes de comenzar el acto: habían llegado a la conclusión de que lo que les esperaba era una competición entre Pribata Idaho ...

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Público no había mucho, pero sí gente de todas las edades: desde niños de meses en carrito hasta señoras y señores de más de 60 años. Y muchísimos perros. Habían acudido al auditorio del parque Tierno Galván, en el que se celebraba la primera sesión eliminatoria del concurso de rock Villa de Madrid y en el que actuaban también los grupos Pribata Idaho y El Regalo de Silvia. Y no como pensaban tres jóvenes que leían el programa de las Fiestas de San Isidro minutos antes de comenzar el acto: habían llegado a la conclusión de que lo que les esperaba era una competición entre Pribata Idaho y El Regalo de Silvia.Una de las primeras en llegar fue Lola, una mujer madura, acompañada de su marido y de otras 10 personas. El hijo de Lola, Fernán, es el guitarra del grupo Carajillo de Whisky Sin Quemar Van, uno de los ocho que compitieron ayer. Y Lola, su marido y varios amigos, hijos incluidos, se plantaron en el auditorio para apoyarles.

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"Es que el grupo es de este barrio, por eso hemos venido todos", decía Lola, mientras daba dos besos a los amigos de su hijo que llegaban con todos los ingredientes para hacer una sangría: vino en tetra-brik, barreños, una nevera portátil... Y un poco más tarde llegaron los protagonistas de la quinta grada de este auditorio, en la que, jóvenes a la derecha y mayores a la izquierda, se sentaban los seguidores de Carajillo... "Enhorabuena", les decía una de las chicas, porque el grupo recibió ayer el primer premio de un concurso de rock en Alcobendas. El resto de las gradas no estaban tan llenas como la quinta, pero se veían pandillas que animaban a sus grupos: Slam Dunk, Manosucias, 5º Bar o Los Mismos eran algunos de ellos. "No son grupos profesionales, pero sí de los que tocan con frecuencia, y todos tienen un nivel medio-alto. Ninguno de los seleccionados para este certamen está empezando", explicaba un responsable de la organización. El premio para los mejores clasificados en cada una de las modalidades (rock y pop), son 400.000 pesetas. La Sociedad General de Autores (SGAE) y la Asociación de Intérpretes y Ejecutantes (AIE) también reparten premios. Ninguno de los cinco miembros del grupo Carajillos... estaba nervioso.

"Es que somos profesionales", decía Nacho, el guitarrista. "De los concursos", le contestaba Aurelio, el bajo. No es la primera vez que este grupo se presenta al concurso Villa de Madrid. El año pasado ya probaron suerte y llegaron a ser semifinalistas. "Hay buen rollo entre todos los que participamos, muchos ya nos conocemos", comentaban.

Peleas frente a la 'tele'

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Una de las canciones que tocó este grupo se llamaba Mamá, está dedicada a Lola y su letra habla de las peleas por culpa de la tele. "Todo lo que dice la canción es verdad", decía la madre, muy sonriente.

Y su marido confesaba que a él no le gustan esos ritmos. "Lo que hacen es ensuciar la música" decía muy divertido el padre durante la actuación de su hijo. En cuanto terminaron, el grupo de los mayores se fue a su casa.

En cambio, los jóvenes se quedaron hasta el final del acto. Y luego se fueron a escuchar a Los Rebeldes, que tocaban en Arganzuela.

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