Vuelo hacia el noroeste

Cientos de jóvenes cogen el búho los fines de semana en el barrio de Moncloa para trasladarse a sus casas de la periferia noroeste después de una noche de marcha por la capital. Los conductores de los búhos tienen quejas del comportamiento de algunos jóvenes, pocos, que causan disturbios. Pablo, conductor de la nueva línea N-62, que circula hasta Pozuelo, comenta que "la empresa pone autobuses viejos como prueba". Gema González, de 26 años y vecina de Las Rozas, afirma que "muchos niñatos van tan borrachos que vomitan entre los asientos. Yo he llegado a ver a uno que se desnudó entero en medio...

Cientos de jóvenes cogen el búho los fines de semana en el barrio de Moncloa para trasladarse a sus casas de la periferia noroeste después de una noche de marcha por la capital. Los conductores de los búhos tienen quejas del comportamiento de algunos jóvenes, pocos, que causan disturbios. Pablo, conductor de la nueva línea N-62, que circula hasta Pozuelo, comenta que "la empresa pone autobuses viejos como prueba". Gema González, de 26 años y vecina de Las Rozas, afirma que "muchos niñatos van tan borrachos que vomitan entre los asientos. Yo he llegado a ver a uno que se desnudó entero en medio del autobús y se puso a pasear durante el viaje".Algunos viajeros dicen: "Deberían salir autobuses cada media hora, igual que en Alcalá de Henares. También deberían extender el horario nocturno a los días de entre semana, ya que Renfe no viaja de noche". Bárbara Toribio, de 22 años, asegura que "muchas veces el autobús sale unos minutos antes de la hora y cuando tú llegas ya se ha ido. Y si no tienes dinero para un taxi sólo puedes hacer dedo". El trayecto de las tres de la madrugada con dirección a Las Rozas fue tranquilo el viernes pasado. El búho partió lleno, con gente de pie y los asientos repletos, y puntualmente. El recorrido duró 25 minutos.