Cartas al director

Tormento nocturno

Somos un grupo de vecinos de los portales 2 y 4 de la calle de Valencia, situados prácticamente en la plaza de Lavapiés, que viene sufriendo unas obras de reforma del establecimiento comercial Simago, situado al lado mismo de nuestros portales. Llevamos siete días mejor, siete noches con el siguiente horario nocturno: a las 20.30, cuando cierra el establecimiento, comienzan los golpes y ruidos de pico, con recogida de escombros justamente en la pared y techoscontiguos a nuestros portales; se prolonga esta fase hasta las 24.00, excepto dos noches que terminaron más allá de la una de la madrugad...

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Somos un grupo de vecinos de los portales 2 y 4 de la calle de Valencia, situados prácticamente en la plaza de Lavapiés, que viene sufriendo unas obras de reforma del establecimiento comercial Simago, situado al lado mismo de nuestros portales. Llevamos siete días mejor, siete noches con el siguiente horario nocturno: a las 20.30, cuando cierra el establecimiento, comienzan los golpes y ruidos de pico, con recogida de escombros justamente en la pared y techoscontiguos a nuestros portales; se prolonga esta fase hasta las 24.00, excepto dos noches que terminaron más allá de la una de la madrugada.La segunda fase varía en su hora de comienzo, alguna noche ha sido antes de las cinco de la madrugada, pero normalmente comienzan entre 6.30 y 7.00.

Visitamos al gerente del centro comercial, le exponemos que formamos un grupo donde hay niños pequeños, gente que trabaja de madrugada y se acuesta temprano, estudiantes que aprovechan esas horas para estudiar..., pero no sirve de nada, ya que, aunque nos comprende y "no tiene palabras para pedir perdón", no puede hacer más que rogar a los operarios que terminen antes de medianoche.

Desde entonces hemos llamado todas las noches a la Policía Municipal y no ha servido para casi nada; ayer mismo, noche del 10 al 11, llamamos a las 23. 10

se presentaron a las 0.35, habiéndoles esperado en la calle tres vecinos, durante más de una hora, tras lo cual, aburridos e impotentes, nos volvimos, uno a su casa y los otros dos a la comisaría de la ronda de Toledo, donde sí que nos atendieron, escucharon y nos dieron una propuesta de solución: la denuncia en la Junta de Distrito de Centro, cosa que ya hemos hecho. Con esta carta esperamos que todos, especialmente los clientes de Simago, saquen sus conclusiones.-

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