Tribuna:

El interlocutor preferente

Por encima de las contradictorias declaraciones que los dirigentes peneuvistas realizaron el fin de semana con una clara intención exploratoria, lo que resulta ya evidente es que el PNV trata de resituarse ante la solución al problema de ETA. Aunque no faltan quienes ven en estos movimientos una acción refleja dirigida a quitarle gas a la presión terrorista desatada con el asesinato d el portavoz del PP vasco Gregorio Ordóñez y manifestada con anterioridad en los intentos de atentado al consejero Juan María Atutxa, en el hostigamiento a la Ertzaintza y en a los ataques a los batzokis (s...

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Por encima de las contradictorias declaraciones que los dirigentes peneuvistas realizaron el fin de semana con una clara intención exploratoria, lo que resulta ya evidente es que el PNV trata de resituarse ante la solución al problema de ETA. Aunque no faltan quienes ven en estos movimientos una acción refleja dirigida a quitarle gas a la presión terrorista desatada con el asesinato d el portavoz del PP vasco Gregorio Ordóñez y manifestada con anterioridad en los intentos de atentado al consejero Juan María Atutxa, en el hostigamiento a la Ertzaintza y en a los ataques a los batzokis (sedes)-, lo cierto es que el PNV llevaba ya muchos meses sintiéndose incómodo ante la unanimidad impuesta por el Pacto de Ajuria Enea.Pese a la renuncia formal a las lecturas miméticas, la experiencia irlandesa ha recuperado su cualidad de referente del nacionalismo vasco, y el PNV, y no sólo este partido, busca retomar el papel de interlocutor preferente en un momento en el que la disidencia interna de HB, o mejor, la desgana y la desmovilización ante el rumbo marcado por ETA y KAS, se hacen más manifiestas.

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El tono con que el PNV rechazó repentinamente la dispersión carcelaria de los activistas presos -"un atentado a los derechos humanos"- y el énfasis puesto estos días en "el carácter político de la lucha de ETA" pretendieron crear el clima de distensión previa a una oferta hoy por hoy quizás deliberadamente confusa, en la que se concitan expresiones como "negociación política", "autodeterminación", "nuevo marco político", tan sugerentes para el mundo violento. Algunas de las declaraciones de estos días -"hay que repartir la razón entre los protagonistas del conflicto"-, las invocaciones a "la imaginación" como método de arreglo, y la sublimación del diálogo y la negociación por si mismos remiten a los contactos que llevaron ala modificación del trazado de la autovía entre Navarra y Guipúzcoa, casi tanto como la intervención, esta vez como anfitriones, de quienes en aquel tiempo negociaron en nombre de la coordinadora antiautovía Lurraldea. En los contenidos, sin embargo, las posiciones adelantadas por el PNV nos sitúan en la propuesta que Ios peneuvistas expusieron sin éxito a HB en el verano de 1992. Entonces ambas partes trataron de solventar los escollos constitucinales para el reconocimiento del derecho de autodeterminación estudiando una alambicada fórmula inspirada en la Declaración de los Derechos Humanos.

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