CRISIS MONETARIA INTERNACIONAL

El Comité Monetario se alargó por la gran oposición a devaluar la peseta

La reunión del Comité Monetario empezó a las dos de la tarde del domingo. Acabó poco después de la una de la madrugada. Total, 11 horas. Empezó con una ronda de opiniones sobre el impacto de la caída del dólar en el SME. Luego se pasó a examinar el caso de la peseta, olvidándose el punto de partida.Más que la intensidad de argumentos, la larga duración se debió al encono de posiciones, y a las continuas interrupciones para evacuar consultas con los superiores de los directores generales del Tesoro y los subgobernadores de los bancos centrales presentes. "La discusión fue muy dura, sobre posici...

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La reunión del Comité Monetario empezó a las dos de la tarde del domingo. Acabó poco después de la una de la madrugada. Total, 11 horas. Empezó con una ronda de opiniones sobre el impacto de la caída del dólar en el SME. Luego se pasó a examinar el caso de la peseta, olvidándose el punto de partida.Más que la intensidad de argumentos, la larga duración se debió al encono de posiciones, y a las continuas interrupciones para evacuar consultas con los superiores de los directores generales del Tesoro y los subgobernadores de los bancos centrales presentes. "La discusión fue muy dura, sobre posiciones cerradas, del estilo lo tomas o lo dejas", indican testimonios fiables.

"Los españoles contemplaban distintas variantes de una misma decisión, devaluar", añaden. Otros se oponían ferozmente porque creían que "la medida no se justifica, dados los datos macro de la economía española". Destacaron en ello los holandeses tomo ostentadores de la moneda más fuerte, y los franceses, temerosos de que, tras relajar la peseta, los especuladores apuntasen al franco.

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Al final se impuso la tesis español a: si seguía la caída libre del dólar expulsaría a la peseta del Sistema Monetario Europeo. En el tráfago de la discusión se evocaron, aunque más como diagnóstico que como propuesta, otras salidas como la simultánea revaluación del marco, una devaluación más pequeña, una salida temporal del SME o la ampliación temporal de las bandas de fluctuación acordadas en agosto de 1993.

Por eso, a la salida, el director general del Tesoro, Manuel Conthe, afirmó que el reajuste del 7% había sido "la única alternativa" examinada. A su lado, otro de los presentes indicó que "nadie" había propuesto en la reunión la salida de la peseta del SME.

El comunicado resultante fue duro. Pero el borrador anterior lo era más: quería comprometer a España en una gran subida -y cuantificada- de los tipos de interés, y en más reformas laborales. Manuel Conthe y Miguel Martín replicaron que esas eran decisiones soberanas de España y no se las podía dictar el Comité Monetario. Algunos les achacaron poca fe en el SME y un sinuoso interés por una devaluación competitiva, pues no estaban dispuestos a subir lo tipos. La autoridad monetaria prefería un reajuste del 10%, por "su mayor margen", ratificaron ayer fuentes oficiales, pero "pero un 7% es suficiente".

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