San Sebastián se echa a la calle para pedir a ETA que Ordoñez sea su última víctima

El obispo Setién exige a los terroristas que dejen las armas y enfilen la vía de la paz

Los ciudadanos donostiarras se echaron ayer masivamente a la calle para expresar su dolor por el asesinato de Gregorio, Ordóñez y exigirle a ETA que sea el último. Miles de personas recorrieron en silencio el trayecto que une el Ayuntamiento de San Sebastián y la iglesia de la Sagrada Familia. El obispo José María Setién, el cardenal Ángel Suquía y otros 27 sacerdotes oficiaron el funeral, en el que estuvieron presentes la plana mayor del Partido Popular -encabezada por José María Aznar-, numerosos políticos de todos los partidos -con la única excepción de Herri Batasuna- y el ministro de Just...

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Los ciudadanos donostiarras se echaron ayer masivamente a la calle para expresar su dolor por el asesinato de Gregorio, Ordóñez y exigirle a ETA que sea el último. Miles de personas recorrieron en silencio el trayecto que une el Ayuntamiento de San Sebastián y la iglesia de la Sagrada Familia. El obispo José María Setién, el cardenal Ángel Suquía y otros 27 sacerdotes oficiaron el funeral, en el que estuvieron presentes la plana mayor del Partido Popular -encabezada por José María Aznar-, numerosos políticos de todos los partidos -con la única excepción de Herri Batasuna- y el ministro de Justicia e Interior, Juan Alberto Belloch.

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Setién lanzó un llamamiento a ETA para que preste "a este pueblo, por cuya libertad dice luchar, el mayor y el mejor servicio que le pueda hacer, que es el de dejar las armas y abrir así las vías adecuadas para lograr la paz por el camino del mutuo entendimiento". La viuda de Ordóñez, Ana Iribar, aseguró que no perdona ni perdonará a los asesinos. "Sólo deseo la muerte para el que ha matado a mi marido", dijo. El consejero de Interior del Gobierno vasco, Juan María Atutxa, en una evidente alusión a Herri Batasuna, hizo caer ayer la responsabilidad del asesinato en "aquellos que todos los lunes se sientan en torno a una mesa". "Entre ellos hay bastantes personas que están marcando la estrategia de esos irresponsables que después aprietan el gatillo o ponen la bomba".

Begoña Garmendia, una de, los cinco concejales de Herri Batasuna que se sentaban junto a Gregorio Ordóñez en el consistorio donostiarra, se desmarcó abiertamente de la coalición abertzale y, "a título personal", condenó públicamente el asesinato de su compañero en el gobiemo municipal.

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