Pujol pide serenidad para que el país pueda apuntarse a la recuperación económica

El presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, reclamó ayer a la clase política y a los ciudadanos en general serenidad en el combate contra la corrupción para que el país pueda aprovechar las buenas perspectivas económicas durante los próximos años. En su discurso de fin de año el presidente catalán dibujó un halagüeño panorama económico para 1995, 1996 e incluso 1997, valoró la intervención de los nacionalistas en la política española y los avances autonómicos de 1994, llamó a la clase política a hacer una autocrítica consecuente y abogó por una regeneración colectiva contra la intranquilidad...

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El presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, reclamó ayer a la clase política y a los ciudadanos en general serenidad en el combate contra la corrupción para que el país pueda aprovechar las buenas perspectivas económicas durante los próximos años. En su discurso de fin de año el presidente catalán dibujó un halagüeño panorama económico para 1995, 1996 e incluso 1997, valoró la intervención de los nacionalistas en la política española y los avances autonómicos de 1994, llamó a la clase política a hacer una autocrítica consecuente y abogó por una regeneración colectiva contra la intranquilidad y el malestar social.

En el tradicional tono didáctico de sus mensajes de fin de año, Pujol aseguró que la intranquilidad, la incertidumbre y el malestar que pesan sobre el estado de ánimo del país tienen varias causas, la más grave de las cuales es la corrupción, "porque alimenta a todas las demás y es capaz de esterilizar los intentos de reacción".Las otras dos causas, a juicio del presidente catalán, que en ningún momento se refirió a la tormenta política destada por el caso GAL, son la crispación producida por el endurecimiento de la vida política y el gran cambio al que se enfrenta el sistema de producción y de bienestar social en Europa Occidental.

Al hablar de la corrupción, se refirió a los escándalos reales y "a los que no lo son". Unos y otros, dijo, han dañado la credibilidad de la clase política, de las instituciones y del país.

"No estamos para postales almibaradas, pero tampoco para visiones pesimistas", resumió Pujol, no sin antes esbozar algunas recetas contra los tres grandes males que, a su juicio, entorpecen la marcha de España y también de Cataluña, contra la corrupción, causante de "inseguridad política y económica", opuso la necesidad de que los políticos y también el resto de la sociedad ejerciten una "autocrítica consecuente" para "aclarar la mala atmósfera" creada.

Esfuerzo de regeneración

"No sólo hace falta estabilidad política y una adecuada actuación económica, sino también un esfuerzo colectivo de regeneración", dijo Pujol. "[Este esfuerzo] no deberá centrarse solamente en la corrupción, sino en todas las manifestaciones de demagogia y de rechazo de la responsabilidad propia". Con esta última frase remachaba una anterior referida a escándalos de corrupción que a su juicio, no son tal: "Nadie tiene derecho acusar sin pruebas, y menos aún a crear un clima de sospecha generalizada, de prejuicio de culpabilidad individual o colectiva".Pujol reclamó serenidad en el combate contra la corrupción y contra el clima de crispación política, y firmeza contra "las campañas de desprestigio de Cataluña". Dijo hablar con un lenguaje de responsabilidad y compromiso" porque realmente hay hechos negativos que comprometen el futuro del país. "Pero sobre, todo", añadió a renglón seguido, "porque sería muy penoso que problemas de esta índole estropeasen nuestro proyecto de país, precisamente ahora que se nos abren muchas puertas".

"Que podamos reencontrar un cielo sereno, limpio de nieblas y de nubes negras, bien estrellado", se despidió Pujol.

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