La 'ñ' es la última letra del abecedario para el sorteo de abonos de la ópera

El sorteo que realizó el mes pasado el teatro de la Zarzuela para repartir los 3.783 abonos de esta temporada de ópera entre 12.000 melómanos, además de ser polémico -todos los participantes no cuentan con las mismas posibilidades- ha perjudicado a las personas cuyos apellidos incluían la letra ñ. Así se ha demostrado en un caso.El sistema para adjudicar los abonos es el siguiente: se introducen en una bolsa las 26 letras del abecedario (excluidas la ch y la ll). Una mano inocente saca dos letras al azar. La combinación resultante corresponderá a las dos primeras letras de...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

El sorteo que realizó el mes pasado el teatro de la Zarzuela para repartir los 3.783 abonos de esta temporada de ópera entre 12.000 melómanos, además de ser polémico -todos los participantes no cuentan con las mismas posibilidades- ha perjudicado a las personas cuyos apellidos incluían la letra ñ. Así se ha demostrado en un caso.El sistema para adjudicar los abonos es el siguiente: se introducen en una bolsa las 26 letras del abecedario (excluidas la ch y la ll). Una mano inocente saca dos letras al azar. La combinación resultante corresponderá a las dos primeras letras del apellido del primer aficionado a partir del cual se repartirán los abonos. Conforme el apellido del inscrito obtenga puestos más relegados, sus posibilidades de alcanzar los lugares preferentes del teatro se reducen. Esto sistema penaliza también a las personas apellidadas Sandín, por ejemplo, ya que ninguna combinación posible les permitirá ser los primeros. Si se extraen, en el mejor de los casos, las letras s y a, los Sánchez siempre se colocarán delante.

Pero hay más: al menos una persona cuyo apellido incluye la letra ñ ha sido relegada a los últimos lugares de las listas. Este año, los Añón se colocarán detrás -de los Arranz, a pesar de que alfabéticamente les corresponde adelantarse. Esto supone, en este caso, que Añón, en vez de ocupar la fila 5 del teatro, tendrá que ver las representaciones desde la 6. Los aficionados consideran que la causa de este error proviene de que Cultura, organismo del que depende el teatro, usa un sistema informático anglosajón.

Ello puede significar que casi ninguno de los poseedores de los 3.783 abonos se sentará en la butuca que le correspondió realmente en el sorteo. Por ejemplo, con que existan 30 personas con apellidos con la letra ñ mal colocados, el teatro tendría que moverse una o dos filas. Desde el ministerio se minimizó el número de posibles fallos: "El sistema informático contiene la letra ñ. Sólo ha existido un único error: el del señor Añón".

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Sobre la firma

Archivado En