La intimidad del bolso
Hay actrices que se prestan a enseñar en un conocido anuncio de televisión el contenido de sus bolsos y a proclamar a los cuatro vientos su actividad menstrual.Como yo no tengo ningún interés en hacer públicas las fases de mi ciclo biológico me negué a mostrarle a un empleado de un supermercado del barrio de La Latina el contenido de mi bolso. "Hay carteles, usted puede verlo. Es obligatorio", decía el emleado.
Así que el personal de esta cadena comercial cuenta con patente de corso para saber si tengo coche, fumo o no, cuál es mi color favorito de lápiz de labios o si soy diabética y l...
Regístrate gratis para seguir leyendo
Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
Hay actrices que se prestan a enseñar en un conocido anuncio de televisión el contenido de sus bolsos y a proclamar a los cuatro vientos su actividad menstrual.Como yo no tengo ningún interés en hacer públicas las fases de mi ciclo biológico me negué a mostrarle a un empleado de un supermercado del barrio de La Latina el contenido de mi bolso. "Hay carteles, usted puede verlo. Es obligatorio", decía el emleado.
Así que el personal de esta cadena comercial cuenta con patente de corso para saber si tengo coche, fumo o no, cuál es mi color favorito de lápiz de labios o si soy diabética y llevo una jeringuilla.
¿Dónde queda protegido el derecho a la intimidad? ¿O es que las mujeres perdemos nuestros derechos ciudadanos al ir a la compra, y la presunción de inocencia se transforma en la obligación de demostrar que no soy una ladrona?
Existen cámaras de televisión, dispositivos de protección electrónicos y muchos otros medios para que los centros comerciales impidan los robos de mercancías.
Pero parece que algunos piensan que es más barato hurgar en la vida privada de las personas.
Porque a nadie le interesa lo que yo pueda llevar en mi bolso, digan lo que digan los anuncios.