El Gobierno británico abandona el proyecto de privatizar Correos

El ministro de Industria británico, Michael Heseltine, abandonó ayer la reunión del Gabinete que lidera John Major con rostro compungido. Después de tres horas y media de debate, Heseltine no consiguió convencer a sus compañeros del Ejecutivo de la viabilidad de su proyecto de privatización parcial de Correos. La decisión del Gobierno, sin embargo, es una mera consecuencia del rechazo expresado la noche anterior por un sector de los parlamentarios conservadores, a una medida ampliamente impopular en el Reino Unido.Heseltine, uno de los más carismáticos miembros del Gobierno conservador británi...

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El ministro de Industria británico, Michael Heseltine, abandonó ayer la reunión del Gabinete que lidera John Major con rostro compungido. Después de tres horas y media de debate, Heseltine no consiguió convencer a sus compañeros del Ejecutivo de la viabilidad de su proyecto de privatización parcial de Correos. La decisión del Gobierno, sin embargo, es una mera consecuencia del rechazo expresado la noche anterior por un sector de los parlamentarios conservadores, a una medida ampliamente impopular en el Reino Unido.Heseltine, uno de los más carismáticos miembros del Gobierno conservador británico ha tenido que renunciar a la última y menos popular de las privatizaciones iniciadas a mediados de los años ochenta por Margaret Thatcher. El Post Office, un gigante que engloba el Correo -Royal Mail- el Servicio de Paquetería y las más de 20.000 estafetas que funcionan a lo largo y ancho del Reino Unido, tiene unos beneficios anuales que superan el billón de pesetas y emplea más de 150.000 personas. Desde que Heseltine presentó su Libro Verde el pasado verano, una ola de rechazo ante la medida ha barrido el país.

El ministro de Industria no consiguió, convencer a la totalidad de las fuerzas parlamentarias tories durante un largo debate desarrollado en la Cámara de los Comunes la noche del miércoles. Al menos una docena de ellos anunciaron su intención de votar en contra del proyecto. En unas circunstancias políticas escasamente propicias para el partido en el Gobierno, existe un sector en las filas conservadores que ve con preocupación la adopción de una medida tan impopular como la de privatizar un servicio que constituye uno de los pilares de la vida británica.

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