Una joven Italiana se inyecta la sangre de su novio seropositivo

Una joven italiana de 23 años se ha convertido en seropositiva por voluntad propia, tras inyectarse la sangre infectada con el virus del sida de su novio, con quien pretende compartir el camino de la enfermedad hasta la muerte.

Francesca ha transformado en una escalofriante historia de amor su relación con Alessio, de 27 años, a cuyo lado lucha ahora contra la enfermedad en una casa de campo de Pontedera, una localidad situada a 25 kilómetros de Pisa, en la Toscana oriental.

En una cervería de Pisa que frecuentaba a diario después de las clases conoció a Alessio, un estudiant...

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Una joven italiana de 23 años se ha convertido en seropositiva por voluntad propia, tras inyectarse la sangre infectada con el virus del sida de su novio, con quien pretende compartir el camino de la enfermedad hasta la muerte.

Francesca ha transformado en una escalofriante historia de amor su relación con Alessio, de 27 años, a cuyo lado lucha ahora contra la enfermedad en una casa de campo de Pontedera, una localidad situada a 25 kilómetros de Pisa, en la Toscana oriental.

En una cervería de Pisa que frecuentaba a diario después de las clases conoció a Alessio, un estudiante de Filosofía, "inteligente y tierno, que trataba de vivir la vida de la mejor manera posible", relató la joven al diario La Nazione de Florencia. El cuento de hadas se acabó el día que Alessio le reveló el resultado de un análisis del sida al que se había sometido casi por casualidad.

"Nuestra relación empezó a verse afectada por su temor a contagiarme. Él pensaba que estábamos condenados a separarnos". La pareja dejó de utilizar profilácticos en sus relaciones sexuales, pero eso no fue suficiente para que Francesca fuera contagiada.

"Después de que un segundo análisis al que me sometí diera negativo, tomé una decisión de la que no me arrepiento, pero que me parece horrible: inyectarme directamente el virus de su sangre", explicó Francesca al confesar haber actuado a espaldas de su compañero. "Un día Alessio se cortó en casa con un cuchillo. Aspiré la sangre derramada con un jeringuilla y luego me la inyecté. Al poco tiempo un análisis demostró que era seropositiva".

Algunos expertos aseguran que Francesca ha llevado a los últimos extremos un comportamiento bastante extendido entre las parejas en las que uno de sus miembros es seropositivo.

"Ahora comprendo que sana hubiera podido atender mejor a Alessio", dijo Francesca, al asegurar que, con su testimonio, busca "romper el muro de ignorancia y desesperación que sigue tapando el sida".

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