El ministro de Industria francés dimite ante la inminencia de su procesamiento

La crisis de la corrupción engulló anoche a otro político conservador en Francia. El ministro de Industria, Gérard Longuet, dimitió para hacer frente a un inminente procesamiento. Sólo dos días después del encarcelamiento de Alain Carignon, ex ministro acusado de corrupción a gran escala, la caída de Longuet reavivó los problemas del Gobierno de Édouard Balladur. Uno de los posibles delitos imputados a Gérard Longuet, relativo a la financiación ilegal del Partido Republicano, podría afectar también a otros dos miembros del Gabinete. El acoso judicial tiene en vilo a la mayoría parlamentaria de...

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La crisis de la corrupción engulló anoche a otro político conservador en Francia. El ministro de Industria, Gérard Longuet, dimitió para hacer frente a un inminente procesamiento. Sólo dos días después del encarcelamiento de Alain Carignon, ex ministro acusado de corrupción a gran escala, la caída de Longuet reavivó los problemas del Gobierno de Édouard Balladur. Uno de los posibles delitos imputados a Gérard Longuet, relativo a la financiación ilegal del Partido Republicano, podría afectar también a otros dos miembros del Gabinete. El acoso judicial tiene en vilo a la mayoría parlamentaria de gaullistas y giscardianos, y supone un obstáculo para las aspiraciones presidenciales de Balladur.

Se sabía que Longuet dimitiría. Una discutidísima decisión impuesta por Balladur al ministro de Justicia, el centrista Pierre Mahaignerie, hizo que su procesamiento se aplazara desde principios de octubre hasta noviembre y concedió al titular de Industria unas semanas adicionales de despacho y coche oficial. Pero el implacable juez René van Ruymbeque había acumulado suficientes pruebas como para conducir a Longuet ante los tribunales, por dos asuntos distintos. Por un lado, la financiación irregular de la villa veraniega del ministro. Por otro, la financiación irregular de la formación política que preside, el Partido Republicano. Y fue ayer porque la situación de Longuet se hizo insostenible: un empresario le acusó de cobrar comisiones a través de una cuenta bancaria en Suiza. Ante el nuevo testimonio, Édouard Balladur decidió que el Gobierno necesitaba soltar lastre con urgencia y exigió la dimisión al ministro, uno de sus más fieles apoyos en la carrera hacia la presidencia. "No quiero convertirme en alguien que, de una forma u otra, contribuya a debilitar este Gobierno", dijo Longuet, tras presentar la dimisión al presidente François Mitterrand.En un tono muy amargo, el dimisionario se quejó de haber sido "condenado de antemano en un juicio público sin posibilidad de defensa". El juez Van Ruyinbeque empezó a investigar a Gérard Longuet en 1988 por irregularidades en la gestión financiera de ultraconservador Partido Republicano.

El ministro del Presupuesto, portavoz del Gobierno. y mano derecha de Balladur, Nicolas Sarkozy, anunció que la sustitución de Longuet no se decidiría antes del lunes. El primer ministro tiene dos opciones. Una es trocear el superministerio de Longuet (Tranportes, Comercio Exterior, Correos y Telecomunicaciones) y minimizar la crisis. La otra, más audaz, supone remodelar el Gobierno para enmascárar el despido de otros cuatro ministros en peligro de procesamiento.

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