Reportaje:UNIVERSIDAD

La reforma de los planes de estudio, un auténtico lío

Los universitarios pierden prácticamente el primer cuatrimestre

Las clases en la Universidad empiezan, en teoría, a finales de septiembre o principios de octubre. En la práctica, como siempre, después del día del Pilar, el 12 de octubre.Los programas de los nuevos planes de estudios están ajustados con calzador para conseguir impartir antes de los exámenes finales de febrero las horas lectivas designadas. Esto, en algunos casos, es imposible. Los responsables de la universidades no dan abasto. Los docentes ya empiezan a hablar de la necesidad de suprimir los exámenes de septiembre y de convalidar algunos créditos por trabajos.

Los alumnos están ...

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Las clases en la Universidad empiezan, en teoría, a finales de septiembre o principios de octubre. En la práctica, como siempre, después del día del Pilar, el 12 de octubre.Los programas de los nuevos planes de estudios están ajustados con calzador para conseguir impartir antes de los exámenes finales de febrero las horas lectivas designadas. Esto, en algunos casos, es imposible. Los responsables de la universidades no dan abasto. Los docentes ya empiezan a hablar de la necesidad de suprimir los exámenes de septiembre y de convalidar algunos créditos por trabajos.

Los alumnos están agobiados y cargados de suspensos. Piden soluciones. "Este primer cuatrimestre se queda en nada, especialmente para los estudiantes de primero para los que es un auténtico suplicio. Cuando se enteran, ya tienen encima los exámenes finales de febrero", explica Ignacio Villaverde, alumno é segundo de Biología en la Universidad de Alcalá de Henares.

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Lo que prometía ser toda una moderna reforma de los planes de estudio se está convirtiendo para alumnos y profesores en un auténtico lío. Los estudiantes aseguran que en la mayoría de los casos los docentes están impartiendo la misma materia que enseñaban en un curso con los planes antiguos. "Algunos profesores se han limitado a comprimirlo todo, lo que es una salvajada", dice Ignacio.

Pero estos enseñantes, por su parte, deben enfrentarse con los problemas que supone la coexistencia de dos planes de estudios, con un doble calendario de exámenes y cuatrimestres ficticios a los que resulta todo una labor de chinos adaptar el importante número de horas lectivas.

Los nuevos planes de estudio llevan ya tres años en marcha en numerosas facultades. La mayoría de las asignaturas son cuatrimestrales, con lo que los alumnos tienen exámenes finales en febrero, en junio y en septiembre. Las materias que no aprueben en febrero, les quedan para septiembre.

Y ya se están viendo las primeras fisuras. "Está claro que esto lo tienen que solucionar y lo primero que deberían hacer es adecuar los contenidos y exigir lo exigible", opina Manuel L. R., estudiante de Humanidades en la Universidad de Castilla La Mancha.

El fracaso

"El año pasado ha habido mucho fracaso, muchísimo, se suspende una barbaridad", cuenta Ignacio. Todos los alumnos lo corroboran. Los docentes aseguran que los problemas no son pocos, ni mucho menos. "Es muy difícil que un alumno curse 300 créditos en cuatro años y hay un fracaso bastante grande", explica María Dolores Cabaña, decana de la facultad de Filosofía de la Universidad de Alcalá de Henares.El motivo de este fracaso es evidente. La profesora Cabaña lo cuenta: "Hay un importante número de suspensos porque el número de horas de clase es excesivo (tienen seis o siete horas lectivas diarias), hay una falta de adaptación por parte de todos al sistema cuatrimestral y los alumnos se juntan con un número de 12 ó 14 asignaturas cada año". Los universitarios aseguran, además, que en algunas facultades es completamente imposible dar todos los créditos establecidos en este primer trimestre. En cambio, los responsables de las universidades dicen que el número de horas lectivas está ajustado al calendario.

"Las asignaturas teóricas a lo mejor se dan. Pero las prácticas, ¡es imposible!". Esta afirmación se repite entre los alumnos de las carreras que deben contener una importante carga práctica como Biología o las ingenierías. "Si damos las 15 semanas de clase de este cuatrimestre, sin una sola fiesta cumplimos todas las horas teóricas, pero todos sabemos que esto no es realista", aseguran tanto Ignacio, estudiante de Biología, como Andrés R. M., alumno de Ciencias Físicas, en la Universidad Complutense de Madrid.

El tiempo justo

La Universidad de Alcalá de Henares es una de las pocas del país que ha logrado empezar las clases en septiembre, concretamente este curso comenzaron el día 26. La decana de Filosofia ve el problema del calendario muy claro: "Hmos empezado antes que nadie y hemos calculado que es la única manera de impartir las horas lectivas establecidas en las 14 o 15 semanas que necesitamos cada cuatrimestre" "a carga lectiva de los nuevos programas es mucho más elevada que la de los antiguos", añade, "por eso, si se empieza en octubre no da tiempo a darlo todo porque el cuatrimeste se queda en nada".En la vibración de las voces de los estudiantes se aprecia el miedo y la alarma. "Es un agobio tremendo y los estudiantes estamos suspendiendo mucho más", dice Ignacio. "Hay asignaturas que no tiene sentido que sean cuatrimestrales y con tantas clases no hay manera de ampliar por tu cuenta", cuenta Antonio Valverde, estudiante de cuarto de Periodismo en Santiago de Compostela.

Este alumno cuenta que el año pasado tuvo que examinarse de 18 asignaturas. Las aprobó todas. Se pasaba media vida en las aulas de la facultad. "Pero acabas con la sensación de que te has aprendido todo por los pelos, sin profundidad".

"La situación de caos que están viviendo los alumnos que estudian las nuevas carreras en similar en casi todas las universidades", explica José Manuel Prieto, estudiante de Derecho y miembro de la asociación de Representantes de Alumnos, integrada por estudiantes de 14 universidades. "Muchos profesores no hacen esfuerzos por cambiar el sistema de clases que llevan siguiendo durante décadas, no están dispuestos a renunciar a los privilegios que tienen".

Libre elección

Los créditos de libre elección son otra de las fuentes de conflicto. Son horas lectivas que se pueden realizar, en teoría, escogiendo la asignatura que más le guste al alumno de cualquier carrera. Según los responsables de Educación encargados de elaborar los nuevos planes, la idea original era buena: "Estas asignaturas fueron creadas con la idea de que los estudiantes tuvieran más libertad a la hora de construir su propio currículo"."Pero ahora nos estamos dando cuenta de que las propias universidades no sabe a qué atenerse con los créditos de libre elección", dice Manuel, "y en enero nos encontramos con que nos dicen que no podemos estudiar las asignaturas de otra carrera que elegimos en septiembre por las incompatibilidades".

Ignacio cuenta un ejemplo relacionado con este poblema: "Tengo una amiga que estudia Medicina y cogió varias asignaturas de Farmacia para hacer estos créditos. Le dijeron que podía escoger cualquiera. Sin embargo, ahora se va a encontrar con que no puede hacerlas por incompatibilidades". Y es que hay materias que lógicamente no pueden escogerse porque para entenderlas los alumnos tienen que haber cursado otras de cursos anteriores de dichas carreras.

Del 12 de octubre de este año al 1 de febrero de 1995 hay exactamente 16 semanas. Si a estas les quitamos dos (del 22 de diciembre al 9 de enero), como mínimo, de vacaciones de Navidad, nos quedan 14 semanas justitas. En medio hay además otros tres días festivos.

Lo que está claro es que los alumnos no pueden perder ni un sólo día de clase este trimestre. Y es que parece que cada día de clase que pierdan equivale a unos cuantos de los que se perdían con el plan antiguo.

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