Tribuna:AUTOPISTAS DE LA INFORMACIÓN

Un plan global para la democracia y el desarrollo

El vicepresidente de EE UU compara la potencialidad de las telecomunicaciones a lo que ha representado el desarrollo de los transportes a mediados del siglo XX

La noción del mundo y su gente vinculados por un vasto intercambio de información e ideas no es nueva. Lo que es nuevo es que ahora tenemos la tecnología para lograr ese sueño. Podemos crear por fin una red de información planetaria que transmite mensajes e imágenes con la velocidad de la luz, desde la ciudad más grande hasta la aldea más pequeña en cada continente.El presidente Clinton y yo creemos que la creación de esta red de redes es un requisito esencial para el desarrollo sostenible. Para lograr este propósito, los legisladores, autoridades reguladoras y empresarios deberán construir y ...

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La noción del mundo y su gente vinculados por un vasto intercambio de información e ideas no es nueva. Lo que es nuevo es que ahora tenemos la tecnología para lograr ese sueño. Podemos crear por fin una red de información planetaria que transmite mensajes e imágenes con la velocidad de la luz, desde la ciudad más grande hasta la aldea más pequeña en cada continente.El presidente Clinton y yo creemos que la creación de esta red de redes es un requisito esencial para el desarrollo sostenible. Para lograr este propósito, los legisladores, autoridades reguladoras y empresarios deberán construir y operar una Infraestructura de Información Global (IIG). Estas autopistas -o con más precisión, redes de inteligencia distribuida- nos permitirán compartir información, conectamos y comunicarnos como una comunidad global. De ello extraeremos un progreso económico robusto y sostenible, democracias fuertes, soluciones mejores a los desafíos ambientales globales y locales, mejor atención de la salud y, por último, una sensación mayor de dirección compartida de nuestro pequeño planeta.La IIG promoverá en efecto el funcionamiento de la democracia al realzar grandemente la participación de los ciudadanos en la toma de decisiones.

Asimismo, la IIG será la clave del crecimiento económico para las economías nacionales e internacionales. En Estados Unidos, la infraestructura de información ya es para la economía estadounidense de la década de los 90 lo que fue la infraestructura del transporte para la economía de mediados del siglo XX.

La tecnología de telecomunicaciones digitales, las fibras ópticas y los nuevos sistemas de satélite de alta capacidad están transformando las telecomunicaciones. Un cable de fibra óptica puede llevar miles de llamadas telefónicas por segundo a través de una sola hebra de vidrio.

Estos desarrollos están reduciendo grandemente el costo de construir la IIG. En el pasado podía llevar años construir una red. Hoy, se pueden instalar en pocos meses un solo satélite y unas pocas docenas de estaciones terrestres... a mucho menos costo. La economía de las redes ha cambiado tan radicalmente que la operación de un mercado privado competitivo puede construir una gran parte de la IIG. Esto depende, sin embargo, de que hayan reglamentaciones sensibles.

Dentro de las fronteras nacionales de Estados Unidos aspiramos a construir y mantener a través del sector privado nuestras autopistas de la información. Consistirán en centenares de redes diferentes, operadas por compañías diferentes y usando tecnologías diferentes, todas conectadas en una gigantesca "red de redes", que proporcione teléfono y vídeo digital interactivo a casi todos los estadounidenses..

Nuestro plan se funda en cinco principios:

- Alentar las inversiones privadas.

- Promover la competencia.- Crear una estructura reguladora flexible que pueda mantener el ritmo con los rápidos cambios tecnológicos y de mercado.- Proporcionar acceso sin restricciones a la red a todos los proveedores de información.

-Asegurar el servicio universal.

Muchos de estos principios son también aceptados internacionalmente. Primero, proponemos que las inversiones privadas y la competencia sean los cimientos del desarrollo de la IIG.

En años recientes, muchos países, particularmente en América Latina, han optado por privatizar sus compañías telefónicas estatales a fin de obtener los beneficios e incentivos -entre ellos la innovación, mayor inversión, eficiencia y responsabilidad- que impulsan a las empresas privadas competidoras a satisfacer las necesidades del mercado.

Pero la ptivatización no es suficiente. La competencia también es necesaria. En el pasado, era razonable tener monopolios de telecomunicaciones debido a que en muchos casos la tecnología y las economías de escala determinaban que fuera ineficiente construir más de una red. En la actualidad, muchas más opciones tecnológicas hacen no solamente posible, sino también deseable, tener diferentes compañías que operen redes competidoras pero interconectadas, porque la competencia es la mejor manera de hacer al sector de las telecomunicaciones más eficiente, más innovador y más lucrativo.A fin de que el sector privado invierta y de que tengan éxito las iniciativas para abrir los mercados a la competencia, es necesario crear un ambiente regulador que fomente y proteja la competencia y las inversiones del sector privado, al mismo tiempo que protege los intereses de los consumidores.En Estados Unidos hemos delegado importantes facultades reguladoras en un organismo independiente, la Comisión Federal de Comunicaciones. Este cuerpo experto está bien equipado para tomar decisiones técnicas difíciles y para vigilar las condiciones cambiantes del mercado.También necesitamos un sistema flexible y eficaz de solución de cuestiones internacionales, que pueda mantenerse con el ritmo cada vez más rápido del cambio tecnológico.Nuestro cuarto principio es el acceso libre. Los propietarios de redes de teléfono y de vídeo deberían cargar precios que no sean discriminatorios por el acceso a sus redes.Los países y las compañías no podrán competir en la economía global si no pueden. obtener acceso a la información actualizada, si no pueden comunicarse instantáneamente con clientes en todo el mundo. El acceso fácil a la información también es esencial para adiestrar a la fuerza laboral especializada que necesitan las industrias de alta tecnología.

Los países que florezcan en el siglo XXI serán aquellos que tengan políticas de telecomunicaciones y leyes de derechos de propiedad intelectual que proporcionen a sus conciudadanos una amplia gama de servicios de información. La protección de la propiedad intelectual es absolutamente esencial.

El principio final y más importante es asegurar el servicio universal a fin de que la infraestructura de información global esté disponible para todos los miembros de nuestras sociedades. Constelaciones de centenares de satélites en órbitas bajas de la tierra podrían proporcionar pronto servicios de teléfono o de datos a cualquier punto del globo.Otra dimensión del servicio universal es el reconocimiento de que la economía del mercado no debería ser el único factor determinante del alcance de la infraestructura de información.

El presidente Clinton y yo hemos pedido acción positiva del Gobierno en Estados Unidos para extender la IIG a cada aula, biblioteca, hospital y clínica de la nación hacia fines del siglo. Las escuelas y bibliotecas de cada país podrían ser conectadas a Intemet, la red de computadoras más grande del mundo, a fin de crear una biblioteca digital global.

Hay quienes dicen que la falta de desarrollo económico causa telecomunicaciones pobres. Yo creo que lo entienden exactamente al revés. Un sistema primitivo de telecomunicaciones causa un pobre desarrollo económico. De manera- que no podemos ser complacientes con la disparidad entre las naciones de ingresos altos y las de ingresos bajos.

¿Cómo podemos trabajar juntos para superar los obstáculos para el desarrollo de la IIG, incluso la financiación y el adiestramiento? Entre las cosas que los países industrializados pueden hacer se cuentan las siguientes:

- Podemos usar la infraestructura de información global para la colaboración técnica entre las naciones industrializadas y los países en desarrollo.

- La infraestructura de información global puede ayudar a los organismos de desarrollo a vincular a expertos de todas las naciones y permitirles resolver los problemas comunes.

-Instituciones multilaterales como el Banco Mundial pueden ayudar a las naciones a financiar la construcción de la infraestructura de telecomunicaciones.

- Estados Unidos ha ayudado a proporcionar el conocimiento técnico necesario para desplegar y usar estas nuevas tecnologías. Otras naciones y organizaciones también pueden crear programas semejantes.

A fin de promover, proteger y preservar la libertad y la democracia, debemos hacer del desarrollo de las telecomunicaciones una parte integral del desarrollo de cada nación.

Al Gore es vicepresidente de Estados Unidos.

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