NECROLÓGICAS

Tomás Fábregas, militante antisida

Tomás Fábregas no volverá a ver su mar bravo del Orzán coruñés. Tampoco volverá a recorrer la noche de piedra húmeda de Compostela donde estudió Historia, mientras el viento esparcía las cenizas de Franco y Galicia renacía una vez más. Hace 15 años se mudó de orilla del Atlántico y convirtió Estados Unidos en su segunda patria. Allí trabajó como editor en la sede neoyorquina de las Naciones Unidas antes de volver a cambiar de mar.En San Francisco se licenció en Informática y, tras enfermar de sida, dedicó todas sus energías a luchar contra el mal desde la organización independiente Act Up y de...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Tomás Fábregas no volverá a ver su mar bravo del Orzán coruñés. Tampoco volverá a recorrer la noche de piedra húmeda de Compostela donde estudió Historia, mientras el viento esparcía las cenizas de Franco y Galicia renacía una vez más. Hace 15 años se mudó de orilla del Atlántico y convirtió Estados Unidos en su segunda patria. Allí trabajó como editor en la sede neoyorquina de las Naciones Unidas antes de volver a cambiar de mar.En San Francisco se licenció en Informática y, tras enfermar de sida, dedicó todas sus energías a luchar contra el mal desde la organización independiente Act Up y desde la Fundación contra el Sida de San Francisco, a cuyo equipo de dirección pertenecía.

Tuvo su gran día hace dos años, cuando el alcalde de la ciudad más libre de Estados Unidos, Frank M. Sordan, proclamó el 25 de julio de 1992 como "Día de Tomás Fábregas en San Francisco". Tomás se había atrevido a desafiar con éxito las restricciones del entonces presidente George Bush a los ciudadanos extranjeros enfermos de sida.

Su coraje no era una piel reciente. Tenía 36 años. Murió el pasado jueves en su casa de Oakland, en San Francisco, y sé de muchos que no sabrán olvidarle.-

Archivado En