10.000 estudiantes acuden sin esperanza al examen de selectividad

"Claro que no estoy nervioso. ¿Para qué? No me juego nada", decía Arturo, de 20 años, uno de los 10.000 estudiantes madrileños que se examinaron ayer de la primera parte de la selectividad de septiembre. Sus posibilidades parecen escasas: estudiar filología semítica o alguna otra de las variantes de esta carrera aunque no filología inglesa-, o pagar más de 500.000 pesetas en un centro privado. Para estos alumnos, el año se presenta negro.

Haber perdido el tren del verano implica, casi, perder el de todo un curso. Ayer, muchos estudiantes varones pensaban en la mili como solución;...

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"Claro que no estoy nervioso. ¿Para qué? No me juego nada", decía Arturo, de 20 años, uno de los 10.000 estudiantes madrileños que se examinaron ayer de la primera parte de la selectividad de septiembre. Sus posibilidades parecen escasas: estudiar filología semítica o alguna otra de las variantes de esta carrera aunque no filología inglesa-, o pagar más de 500.000 pesetas en un centro privado. Para estos alumnos, el año se presenta negro.

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Haber perdido el tren del verano implica, casi, perder el de todo un curso. Ayer, muchos estudiantes varones pensaban en la mili como solución; otros planeaban aprender idiomas en una academia; algunos optaban por la informática, también en una academia, y el resto comentaba que buscaría trabajo. La mayoría de los que aprueben piensa guardar la nota para el año que viene. Lo hacen porque lo que saquen ahora no sirve mucho: quedan, en total -y sin contar con las universidades p rivadas-, 3.250 plazas. Pero repartidas de la siguiente manera: la Complutense ofrece, 500 de Filología (todas las ramas menos Filología Inglesa) en el campus de la Ciudad Universitaria y 2.500 de otras carreras en centros adscritos. En estos últimos hay que pagar al menos 500.000 pesetas al año. En la Autónoma quedan 219 plazas, todas de Filología (francesa, árabe e hispánica); la Universidad de Alcalá sólo admitirá 42 estudiantes, y todos en la Facultad de Filología Hispánica. Pero en la Universidad Carlos III, y en la Politécnica ya no hay ni un pupitre.Los estudiantes lo sabían, y de ahí su falta de motivación. "Yo estudiaré Filología Semítica, y eso que soy de ciencias" comentaba Abel Petisco, de 18 años. Fue el único de los 25 consultados que estaba dispuesto a no perder el año.

A la salida del examen, a los alumnos se les entregaba un montón de papeletas con anuncios de academias privadas para preparar la selectividad del año que viene (o subir la nota de este examen), universidades privadas o centros de idiomas.

Esta información ha sido elaborada por Paz Álvarez Arantxa García, Víctor Saornil y Antonio Jiménez.

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