EL LABERINTO DE LA ADMINISTRACIÓN

Portazo a un superdotado

La Universidad de Santiago rechaza a un alumno que ganó el premio nacional de fin de carrera

Seguir la pista al mejor alumno que ha tenido le ha costado un enorme disgusto a Manuel Jesús Lama Grande. "Lo que sucede con este chaval, por desgracia, no es una excepción. Es tremendo. Tenemos una Universidad que funcional mal. Es muy mediocre. Éste es el caso de cómo a una persona brillante se le entorpece su carrera. Pero hay más en su situación".En realidad, a Jesús Lama no le preocupa la suerte de su mejor alumno. Está convencido de que sus condiciones le permitirán salir adelante en la vida. Sabe que será capaz de hacerlo. "Es muy competente, muy prudente", dice. Lo que inquieta a este...

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Seguir la pista al mejor alumno que ha tenido le ha costado un enorme disgusto a Manuel Jesús Lama Grande. "Lo que sucede con este chaval, por desgracia, no es una excepción. Es tremendo. Tenemos una Universidad que funcional mal. Es muy mediocre. Éste es el caso de cómo a una persona brillante se le entorpece su carrera. Pero hay más en su situación".En realidad, a Jesús Lama no le preocupa la suerte de su mejor alumno. Está convencido de que sus condiciones le permitirán salir adelante en la vida. Sabe que será capaz de hacerlo. "Es muy competente, muy prudente", dice. Lo que inquieta a este profesor de filosofía de un instituto de La Coruña, con 33 años, es la reiterada sucesión de hechos vinculados a la Universidad española que destilan poca seriedad. Prueba de ello es la acogida que ha prestado a Ricardo Bermúdez Otero, que tiene en su haber el premio nacional de fin de carrera y el premio a la mejor licenciatura de toda Galicia.

Con ese bagaje y un currículo plagado de matrículas y de sobresalientes, Ricardo Bermúdez no ha logrado abrirse camino en una universidad que puede vanagloriarse de dar la espalda al titular de uno de los mejores expediéntes de su historia.

Becas apreciadas

Ricardo se licenció en Filología Inglesa, una materia incluida entre las prioridades del Ministerio de Educación y Ciencia a la hora de evaluar las cándidaturas para acceder a las becas de formación del profesorado. Estas becas son muy apreciadas entre los universitarios, no por la cuantía de su dotación económica, sino porque abren una de las pocas puertas de acceso al claustro de profesores. Vinculan a los universitarios becados a un departamento concreto y suelen ser determinantes entre los méritos que se valoran para optar a una plaza docente.La mecánica para su concesión es simple. El Ministerio de Educación y Ciencia dispone un listado de materias prioritarías y las remite a las universidades para que las tengan en cuenta en la selección de sus candidatos. Al margen de estas propuestas, las universidades elaboran un listado de prioridades con arreglo a sus necesidades de formación propias. Ambos listados son remitidos al ministerio para que decida la concesión. Aseguran en el ministerio que allí se limitan a sancionar las propuestas de las universidades. ¿Qué pasó para que- Ricardo Bermúdez, el, mejor alumno español y gallego, no sumara méritos para ser beneficiario de una de estas becas?

Un portavoz del ministerio afirma que Ricardo figuraba en el puesto noveno de una lista de candidatos para los que sólo se disponía de ocho becas. Por desinformación o desidia de las administraciones universitarias, el titular del mejor expediente académico de España de su especialidad ha sido excluido de estas becas.

Ricardo asume el hecho con una mezcla de elegancia e ironía galaico-británica. "Hay indicios racionales de que los criterios de selección no tienen en cuenta la excelencia académica", dice resignado. "Me dicén que el ministerio recortó el número de becas que se preveían para este año".

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Sin este tipo de becas se cercena el camino hacia la docencia. El lo sabe pero no se presta a echar por la ventana su vocación: convertirse en doctor y proseguir la investigación en un departamento de inglés. Ricardo consideró "fríamente" los hechos y se buscó la vida. Tuvo noticia de que La Caixá de Barcelona otorgaba becas para estudiar un año en el extranjero. Presentó un proyecto de investigáción para desarrollar en la Universidad de Mánchester, acudió a una entrevista personal con responsables de esta entidad bancaria en Madrid e inmediatamente le fue concedida una beca, que ya disfruta en estos momentos.

A sus 24 años ignora lo que ocurrirá el próximo curso. Su profesor Manuel Lama también. Sabe que no tendrá problemas, porque la propia Universidad de Manchester lo ha reclamado, pero no acaba de entender cómo la Universidad española rehúsa aprovechar sus condiciones y desdeña invertir en un recurso tan seguro.

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