Inminente aprobación de tarifas para teléfonos móviles

"De aquí a fínales de año" culminarán los elementos más importantes del proceso de liberalización de telecomunicaciones, según el plazo señalado ayer por el ministro de Obras Públicas, José Borrell. "Espero que podamos estar en la cita de 1998 [año de la liberación de las infraestructuras de telecomunicaciones] perfectamente preparados para abrir nuestros mercados, sin entregárselos gratis a los poderosos competidores con los que tendrán que enfrentarse nuestras empresas nacionales", añadió.

Borrell, que inauguró el seminario de la Universidad Menéndez Pelayo ...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

"De aquí a fínales de año" culminarán los elementos más importantes del proceso de liberalización de telecomunicaciones, según el plazo señalado ayer por el ministro de Obras Públicas, José Borrell. "Espero que podamos estar en la cita de 1998 [año de la liberación de las infraestructuras de telecomunicaciones] perfectamente preparados para abrir nuestros mercados, sin entregárselos gratis a los poderosos competidores con los que tendrán que enfrentarse nuestras empresas nacionales", añadió.

Borrell, que inauguró el seminario de la Universidad Menéndez Pelayo Nuevas fronteras de las telecomunicaciones, expresó su confianza en que la apertura de la competencia pueda servir para ofrecer mayores servicios a las empresas y a los usuarios domésticos.El ministro anunció acontecimientos de carácter "inmediato", entre ellos la convocatoria del concurso para conceder la segunda licencia de operador de telefonía móvil. Y mostró su confianza en que el próximo Consejo de Ministros pueda aprobar ya las tarifas de interconexión de la red fija con la red de teléfonos móviles, tanto la que deberá abonar el nuevo operador, como la empresa que habrá de constituir la Telefónica para operar su propia licencia de telefonía móvil.

Lo que el Gobierno se propone hacer es asignar los precios que tendrán que pagarse unos a otros por el uso respectivo de sus redes telefónicas fijas y móviles. "Se trata", comentó el ministro, "del gran elemento de la arquitectura financiera del sistema, en el que hemos estado trabajando durante las últimas semanas para que, una vez definido este último elemento, pueda el Consejo de Ministros hacer público el correspondiente concurso. Con eso habremos liberalizado todos los servicios, salvo la telefonía vocal".

El cable, más despacio

Al referirse a las llamadas autopistas de la comunicación, dijo que aunque la palabra autopista sea tremendamente sugestiva, la sociedad española debería entender que no se trata de canalizar grandes flujos, sino de llegar capilarmente hasta el usuario final de una forma interactiva.Esto conduce en España al problema de la regulación del cable, "una asignatura pendiente", reconoció Borrell, porque aquí se han desarrollado redes de forma artesanal y local, lo cual no tiene nada que ver con las tecnologías del futuro. Nos ha pasado lo mismo que a otros países europeos que tampoco lo han hecho, aunque sí los hay que han llevado a cabo un desarrollo de la televisión por cable muy elevado".

Para el ministro Borrell, el problema no es la televisión por cable, sino el cable que sirva para la televisión y otros servicios multimedia. Por lo tanto, la ley que el Gobierno está preparando para el desarrollo de aquélla realmente debería tener una denominación más ambiciosa.

El ministro anunció una propuesta de su ministerio para que la red urbana de Telefónica quede autorizada a transportar cualquier señal que sea capaz de enviar, impulsando así su evolución hasta el multimedia.

Archivado En