III CONFERENCIA SOBRE POBLACION Y DESARROLLO

El difícil equilibrio entre el hombre y su ecosistema

La ONU plantea la cita demográfica de Egipto como continuación de la Cumbre de Río

La conferencia debe inclinarse ante la evidencia de que en los 20 años transcurridos desde la primera el crecimiento de la población mundial ha alcanzado su máxima expresión histórica en cifras absolutas. Cada año hay en el mundo 90 millones de personas más y los estudios indican que es probable que los incrementos anuales de la población se mantengan por encima de esa cifra hasta el año 2015.Según el secretario general de la ONU, Butros Gali, "el meollo de la reunión de El Cairo es el equilibrio delicado entre la humanidad y su medio ambiente".

Ayer, los delegados que ya habían llegado...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

La conferencia debe inclinarse ante la evidencia de que en los 20 años transcurridos desde la primera el crecimiento de la población mundial ha alcanzado su máxima expresión histórica en cifras absolutas. Cada año hay en el mundo 90 millones de personas más y los estudios indican que es probable que los incrementos anuales de la población se mantengan por encima de esa cifra hasta el año 2015.Según el secretario general de la ONU, Butros Gali, "el meollo de la reunión de El Cairo es el equilibrio delicado entre la humanidad y su medio ambiente".

Ayer, los delegados que ya habían llegado a la capital egipcia, de los 5.000 a 6.000 esperados, celebraron reuniones preliminares en un centro de congresos en Medinat Nasr, a 15 kilómetros de la ciudad, fuertemente vigilado. En ellas deben decidir la organización y el calendario de trabajo. Se espera también a varios miles de periodistas y unos 2.000 miembros de organizaciones no gubernamentales, hasta un total de 15.000 participantes.

Recursos naturales, desarrollo sostenible y consumo. Tres conceptos Clave y novedosos en el planteamiento de la conferencia que la propia ONU considera una continuación de la Cumbre de la Tierra de 1992. Las presiones de la población sobre el medio ambiente mundial ya son un factor que hay que tener en cuenta.

En la aldea global en que se está convirtiendo el mundo las cosas no se están desarrollando como pensaban los teóricos. El fracaso de la comunidad internacional en elevar el nivel de vida de gran parte de los países en desarrollo durante los últimos 20 años ha pesado también en el análisis que los expertos hacen del problema de la población y, que se refleja en el Programa de Acción (documento a debatir en El Cairo) para los próximos 20 años.

La necesidad de una mayor homogeneidad en el estado de desarrollo es tan clara que reputados economistas especialistas en desarrollo como el alemán Claus Kernig proponen soluciones drásticas que probablemente nunca verán la luz. La de Kemig es un nuevo pacto Norte-Sur por el que el Sur produzca, más barato y con menos impacto ecológico, todos los alimentos que necesita el Norte, contribuyendo así a su desarrollo y a frenar la emigración.

Pero la -visión de un planeta en el que todos los países consuman recursos naturales al nivel en el que lo hacen Estados Unidos o Europa actualmente también produce escalofríos. "El 20% del mundo es cada vez más rico mientras otro 20% es cada vez más pobre", recuerda la especialista Sandra Postel, del Worldwatch Institute, "y ambos segmentos producen destrucción medioambiental. Los recursos básicos como el agua, la madera y la energía se utilizan ya en tal grado que si hay que dejar sitio para que los más pobres mejoren su nivel de vida deben ser los más ricos los que lo hagan".

En esto incide Cristina García Orcoyen, presidenta de Adena/ WWF España: "Está claro que hay que tomar medidas para que la población crezca de una forma sostenible para el planeta y no se agoten los recursos naturales; pero también sería un poco hipócrita ignorar que un niño de EEUU consume 20 veces más que un niño africano. Los países desarrollados son ahora los principales esquilmadores de las posibilidades que ofrece la Tierra. El peligro no está sólo en la sobrepoblación, sino también en el consumo excesivo".

La ONU pretende avanzar hacia un objetivo bien difícil, reconciliar las políticas sobre la población, los recursos, la producción de alimentos y el medio ambiente, por lo que no resulta extraño que se provoquen "marejadas e incluso tempestades", según ha reconocido Gali.

El biólogo Edward O. Wilson, de la Universidad de Harvard (EE UU), afirma que los países tienen que debatir abiertamente su política demográfica, lo que significa "no sólo poner coto al crecimiento, sino plantear cuál es el juicio informado de los ciudadanos sobre la población óptima para cada país, con el telón de fondo de la demografía mundial". La respuesta, dice, se derivará de la autoevaluación de cada sociedad de sus recursos naturales, de su geografía y del papel especializado a largo plazo que puede desempenar con mas eficacia dentro de la comunidad internacional. De nada sirve pensar que hay billones de otros mundos en el Úniverso.

Irak se retira

Por otra parte, el Gobierno de irak anunció ayer que no participará en la conferencia, al presentar ésta en el documento de trabajo unas "posiciones políticas, sociales y económicas" contrarias a la política de Irak y a su "estilo social y de desarrollo". Para el Gobierno de Sadam Husein, el programa de los debates de la conferencia de El Cairo tiene "fuertes contradicciones", que no específica. Otros tres países árabes, Sudán, Líbano y Arabia Saudí, ya habían renunciado a participar.

Archivado En