El Gobierno argentino ve la mano iraní tras el atentado antijudío, pero no tiene pruebas

El Gobierno argentino no tiene dudas de que los funcionarios de la Embajada de Irán en Buenos Aires citados por el juez a declarar han participado "de algún modo" en el atentado terrorista contra la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) del pasado 18 de julio. Un portavoz con rango de secretario de Estado resumía así ayer la situación con cierta resignación: "No tenemos dudas, pero tampoco pruebas". Todo lo que hay como evidencia en el caso es la declaración de un diplomático iraní arrepentido.Sobre la base de este testimonio y de su "íntima convicción", el juez Juan José Galeano...

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El Gobierno argentino no tiene dudas de que los funcionarios de la Embajada de Irán en Buenos Aires citados por el juez a declarar han participado "de algún modo" en el atentado terrorista contra la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) del pasado 18 de julio. Un portavoz con rango de secretario de Estado resumía así ayer la situación con cierta resignación: "No tenemos dudas, pero tampoco pruebas". Todo lo que hay como evidencia en el caso es la declaración de un diplomático iraní arrepentido.Sobre la base de este testimonio y de su "íntima convicción", el juez Juan José Galeano elaboró un expediente de 134 folios y lo elevó a la Corte Suprema. El informe sólo contiene indicios, sospechas, curiosas coincidencias. Pero no pruebas. El eslabón perdido, la conexión, la pista argentino-iraní, no aparece. Entre los tres acusados argentinos -dos mecánicos y un vendedor acostumbrado a falsificar documentación de automóviles para revenderlos- y la Embajada de Irán hay un largo trecho, que sigue siendo misterioso para la justicia argentina.

Entre el deseo manifiesto del presidente Carlos Menem, partidario de que, si no se retira voluntariamente, "se expulse" al embajador de Irán en Buenos Aires, y los calculados pasos dados por la diplomacia argentina media un abismo.

El embajador iraní, Hadi Soleiman Pour, fue citado la noche del miércoles por el canciller argentino, Guido di Tella. Para entonces, Menem ya había hecho sus declaraciones a una emisora de radio bonaerense. Un enjambre de periodistas, que hizo caer de rodillas al embajador de Irán cuando entraba en la sede de la Cancillería, aguardó en vano decisiones drásticas que, por ahora, no van a tomarse.

El canciller se quejó de la protesta oficial del Gobierno de Irán después de conocerse el informe del juez, le pidió al embajador que los dos funcionarios citados a declarar que aún permanecen en el país no se marchen.

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