Un grupo de ex toxicomanos de Alcalá ofrece un menú por veinte duros a indigentes

En el comedor de la asociación de ex toxicómanos La Sal de la Tierra, los responsables se reservan el derecho de admisión: sólo se permite la entrada a alcohólicos, vaga bundos, drogadictos e indigentes en general. El menú, pan, bebida, postre y conversación incluida, cuesta 100 pesetas.Este comedor social, situado en la calle Gallegos, número 5, empezó a funcionar el lunes. En el espacioso local de paredes encaladas y vigas de madera en el techo, trabajan. diariamente siete voluntarios que conocen bien el percal, ya que casi todos han vivido situaciones parecidas a las de sus actuales cliente...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

En el comedor de la asociación de ex toxicómanos La Sal de la Tierra, los responsables se reservan el derecho de admisión: sólo se permite la entrada a alcohólicos, vaga bundos, drogadictos e indigentes en general. El menú, pan, bebida, postre y conversación incluida, cuesta 100 pesetas.Este comedor social, situado en la calle Gallegos, número 5, empezó a funcionar el lunes. En el espacioso local de paredes encaladas y vigas de madera en el techo, trabajan. diariamente siete voluntarios que conocen bien el percal, ya que casi todos han vivido situaciones parecidas a las de sus actuales clientes, de momento, una familia de búlgaros y unos traseúntes naturales de Segovia.

Su papel no se limita a preparar los dos platos y el postre diario, ni a servir las 20 mesas de que disponen -80 plazas-, sino que reciben a los clientes en la puerta y siempre hay alguien dispuesto a sentarse con ellos en la mesa e interesarse por sus vidas. El comedor, que funciona de una a tres de la tarde, tiene sus propias normas: no se, puede bebe alcohol ni fumar, los alcohólicos no pueden sentarse juntos, los drogadictos tienen que apuntarse a algún centro de rehabilitación y todos han de ir bien aseados y vestidos dignamente. Los responsables del local facilitan a los sin casa ropa limpia y un sitio donde ducharse.

Las 600.000 pesetas mensuales que les va a costar mantener el comedor saldrán del bolsillos de los socios de la asociación.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Archivado En