El presidente alemán pide perdón en el 50º aniversario de la insurrección de Varsovia

El presidente alemán, Roman Herzog, en un discurso ante el monumento a los héroes de la insurrección de Varsovia, pidió ayer perdón a los polacos por "todos los sufrimientos desmesurados" infligidos a su país durante la Segunda Guerra Mundial, en un discurso pronunciado anoche en la capital polaca para el 50º aniversario del levantamiento de la capital polaca contra la ocupación alemana. Herzog y Walesa llaman a la reconciliación germano-polaca en el 50º aniversario de la insurrección de Varsovia.

Altos representantes, de las partes beligerantes en la Segunda Guerra Mundial participaron...

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El presidente alemán, Roman Herzog, en un discurso ante el monumento a los héroes de la insurrección de Varsovia, pidió ayer perdón a los polacos por "todos los sufrimientos desmesurados" infligidos a su país durante la Segunda Guerra Mundial, en un discurso pronunciado anoche en la capital polaca para el 50º aniversario del levantamiento de la capital polaca contra la ocupación alemana. Herzog y Walesa llaman a la reconciliación germano-polaca en el 50º aniversario de la insurrección de Varsovia.

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Altos representantes, de las partes beligerantes en la Segunda Guerra Mundial participaron ayer en los actos conmemorativos del 500 aniversario de la insurrección de Varsovia, un levantamiento popular dirigido contra la ocupación alemana de Polonia.El jefe del Estado polaco, Lech Walesa, declaró, por su parte, que no puede perdonarse a los "asesinos de Varsovia", pero tampoco "puede cultivarse el odio y transmitirse a las nuevas generaciones". A los actos conmemorativos acudieron también el primer ministro británico, John Major, y el vicepresidente de Estados Unidos, Al Gore.

La insurrección, el acto más trágico dé la lucha de los polacos por la independencia durante la última guerra mundial, se cobró la vida de más de 200.000 personas entre civiles y militares. Tras 63 días de lucha, la capital polaca quedó en ruinas casi en. su totalidad. Gran parte de los ciudadanos polacos sigue con el resentimiento hacia los alemanes por sus actos de barbarie, así, como hacia Rusia por la decisión de José Stalin de no ayudar a los insurrectos.

La llegada de Roman Herzog, invitado por el presidente polaco, Lech Walesa, despertó una fuerte polémica en Polonia. Más de la mitad de los encuestados por los institutos de opinión Mostró su disconformidad por la presencia, del jefe del Estado alemán durante las ceremonias celebradas ayer.

Una reacción similar la provocó la invitación del presidente ruso Borís Yeltsin, quien acabó renunciando al viaje. El enviado de Yeltsin, su asesor y jefe de la Administración, Serguéi Filátov, aseguró que la Rusia democrática y Polonia pueden construir unas relaciones libres de los "errores del pasado". Aludiendo a las acusaciones de gran parte de los polacos de que el Ejército Rojo no ayudó en 1944 a los, insurrectos, Filátov subrayó, sin' embargo, que "los historiadores siguen presentando versiones discrepantes" de aquellos tiempos.

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La histórica animadversión entre Polonia y Rusia fue aludida en la homilía del primado de Polonia, Jozef Glemp. "La lucha entre el totalitarismo y la democracia, el Este y el Oeste, se resumió en la insurrección de Varsovía", dijo ayer Glemp durante la ceremonia principal ante la tumba del soldado desconocido en Varsovia. Según Glemp, "nadie puede dudar de que la insurrección salvó a Polonia de una de pendencia aún más grande de la Unión Soviética". "Puede ser que nunca antes el comunismo y la democracia, el Este y el Oeste, se hayan enfrentado de forma tan espectacular" afirmó Glemp.

Mensaje del Papa

En un mensaje especial, el papa Juan Pablo II, al evocar el, caso de la insurrección de Varsovia, llamó al respeto de los derechos de los pueblos a la autodeterminación. "Si Europa ha de convertirse en la patria de las patrias es necesario que el derecho de los pueblos, que en aquella ocasión se hizo escuchar, sea respetado por toda la Comunidad Europea"; "sin garantizar la igualdad de los derechos de todos los Estados nacionales que van surgiendo en Europa no podrá imaginarse una convivencia pacífica en nuestro continente", declaró el Papa polaco.Esta idea la resumió más concretamente el ex primer ministro polaco, Tadeusz Mazowiecki, quien acaba de realizar un viaje a Sarajevo. "Cuando uno regresa al país para asistir a la conmemoración de la insurrección de Varsovia, es difícil resistirse a la reflexión de que Bosnia está hoy día igualmente, abandonada como lo fue hace 50 años la capital de Polonia", declaró Mazo Wiecki.

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