Doble asesinato en una clínica abortista en EE UU

Un médico y un guardia, víctimas del fanatismo 'ultra' en una ciudad de Florida

La guerra del aborto en Estados Unidos volvió a adquirir ayer un cariz sangriento cuando un médico, John Britton, y un escolta, fueron asesinados por un fanático militante antiabortista en las puertas de una clínica de mujeres de Pensacola. Britton llevaba chaleco antibalas, porque se sentía en peligro.En esa ciudad de Florida murió hace 16 meses, también a tiros, un médico que practicaba intervenciones para la interrupción del embarazo. Se trata del incidente más grave desde que los grupos favorables y contrarios al aborto se enzarzaron en la más violenta disputa que en estos momentos afe...

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La guerra del aborto en Estados Unidos volvió a adquirir ayer un cariz sangriento cuando un médico, John Britton, y un escolta, fueron asesinados por un fanático militante antiabortista en las puertas de una clínica de mujeres de Pensacola. Britton llevaba chaleco antibalas, porque se sentía en peligro.En esa ciudad de Florida murió hace 16 meses, también a tiros, un médico que practicaba intervenciones para la interrupción del embarazo. Se trata del incidente más grave desde que los grupos favorables y contrarios al aborto se enzarzaron en la más violenta disputa que en estos momentos afecta a la sociedad estadounidense.

La policía informó de que una tercera persona resultó herida en el atentado. El autor de los disparos fue detenido pocos minutos después del hecho.

El suceso ocurrió en la mañana de ayer en la entrada del hospital Ladies Center de Pensacola, una de las dos clínicas que practica abortos en esa población conservadora del norte de Florida. La otra, el Women,s Medical Center, fue en marzo de 1993 el escenario de la muerte del doctor David Gunn. Su asesino, Michael Griffin, cumple actualmente una condena de cadena perpetua.

La policía identificó al arrestado como Paul Hill, el líder de una organización antiabortista llamada Defensa de América, uno de los diversos grupos que defienden la violencia como método legítimo para combatir la ley que concede a las mujeres el derecho a la interrupción voluntaria del embarazo. Esos grupos, en su mayoría de tendencia ultra religiosa, sostienen que el asesinato de un médico abortista evita la muerte de muchos fetos a los que se habría impedido nacer. Paul Hill fue visto en las puertas de la clínica minutos antes de que se acercaran al lugar sus víctimas. Hill, que ha sido detenido varias veces en el pasado por actos de violencia antiabortista, se presentó en el juicio de Griffin con una pancarta en la que se leía: "Desobediencia a las leyes injustas". Algunas radios locales comentaron que la presencia de ese hombre en las puertas del hospital debería haber alertado a la policía de que algo grave podría ocurrir.

En los últimos dos años, la actividad principal de las organizaciones contra el aborto en Estados Unidos ha sido la de obstaculizar las clínicas en las que se practican ese tipo de intervenciones. En la mayoría de los casos, decenas de hombres y mujeres se sitúan en las puertas de los hospitales para insultar a los médicos y tratar de disuadir a los mujeres que desean abortar. Sin embargo, la actuación de esos grupos se ha ido haciendo cada vez más violenta.

El presidente Bill Clinton, un firme partidario de mantener en vigor el derecho al aborto, consiguió la aprobación de una ley que convierte el bloqueo de las clínicas en un delito federal, por lo que quienes sean detenidos bajo ese cargo pueden ser condenados a fuertes penas de cárcel. Recientemente, el Tribunal Supremo confirmó la constitucionalidad de esa ley.

Esa derrota legal radicalizó aún más a las organizaciones antiabortistas. Desde hace varios meses, se apreciaba en la sociedad norteamericana un clima de enfrentamiento que hacía presagiar sucesos dramáticos como el ocurrido ayer.

Según testigos presenciales, una de las víctimas del tiroteo de ayer, el médico llegaba a la clínica acompañado de una mujer cuando Hill se le acercó y le disparó varias veces. La mujer, que también trabaja en el hospital, resultó herida, aunque, al parecer, se encuentra fuera de peligro.

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