FESTIVAL ASTRONÓMICO

Sólo Hawai vio el segundo choque

Una noche excepcionalmente nublada en el norte chileno frustró a los astrónomos que esperaban en el observatorio europeo La Silla contemplar el impacto del fragmento B del cometa Shoemaker-Levy (SL9) con Júpiter, que se produjo hacia las cinco de la madrugada, hora peninsular española. Los efectos de la colisión del segundo fragmento sólo fueron visibles a través del telescopio óptico más grande del mundo, el Keck, de 10 metros de diámetro, situado en Hawai, que detectó una débil pero nítida mancha en el lugar previsto. La imagen permaneció durante 19 minutos antes de desvanecerse. Los científ...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Una noche excepcionalmente nublada en el norte chileno frustró a los astrónomos que esperaban en el observatorio europeo La Silla contemplar el impacto del fragmento B del cometa Shoemaker-Levy (SL9) con Júpiter, que se produjo hacia las cinco de la madrugada, hora peninsular española. Los efectos de la colisión del segundo fragmento sólo fueron visibles a través del telescopio óptico más grande del mundo, el Keck, de 10 metros de diámetro, situado en Hawai, que detectó una débil pero nítida mancha en el lugar previsto. La imagen permaneció durante 19 minutos antes de desvanecerse. Los científicos esperaban más de este fragmento que del A, el primero, porque en las imágenes previas aparecía mucho más brillante.La menor magnitud del segundo impacto puede explicarse porque el fragmento B era más pequeño que el A, o bien porque penetró más profundamente en la atmósfera joviana.

Más información

"Ésta fue una de las dos sorpresas que ha habido", dijo ayer en Santiago el astrónomo francés Patrice Bouchet, del La Silla. La otra fue el efecto de la colisión del primer fragmento, el sábado. Pese a que era de día, desde Chile se pudo observar con nitidez a través de imágenes infrarrojas, con el telescopio de 3,15 metros, una mancha brillante, la misma que observaron los astrónomos españoles.

El fragmento C, el tercero, fue observado desde Australia.

Archivado En