Estefanía reivindica el mercado de la verdad en un curso de periodismo

"Hay que reivindicar el mercado de la verdad", afirmó ayer Joaquín Estefanía, director de la Escuela de Periodismo Universidad Autónoma de Madrid-EL PAÍS, en la clausura del curso sobre Enseñanza y calidad del periodismo, celebrado esta semana en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) de Santander.

Este mercado de la verdad no es monopolio de los periodistas y comunicadores. "Es más, hay periodistas que, a veces, a sabiendas, no cuentan la verdad. Sus intereses pueden más que su deontología y la competencia más que la objetividad", afirmó Estefanía, que también dijo que...

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"Hay que reivindicar el mercado de la verdad", afirmó ayer Joaquín Estefanía, director de la Escuela de Periodismo Universidad Autónoma de Madrid-EL PAÍS, en la clausura del curso sobre Enseñanza y calidad del periodismo, celebrado esta semana en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) de Santander.

Este mercado de la verdad no es monopolio de los periodistas y comunicadores. "Es más, hay periodistas que, a veces, a sabiendas, no cuentan la verdad. Sus intereses pueden más que su deontología y la competencia más que la objetividad", afirmó Estefanía, que también dijo que la arrogancia de los periodistas en posesión de la verdad es pasaporte seguro para el abuso.Previamente, Javier Pradera, director de la revista Claves, habló de la libertad de expresión y sus límites, y explicó que en el periodo de la transición todas las cosas que hacían los medios de comunicación eran alegales; estaban permitidas de hecho, pero eran ilegales de derecho. Pradera dijo que, en general, la jurisprudencia del Tribunal Constitucional es favorable a la libertad de expresión en relación con otros derechos.

Durante todo el curso se ha producido un intenso debate entre alumnos y profesores sobre las diferentes vías de acceso al periodismo y la calidad del mismo. Varias opiniones de los profesores sobre el acceso libre de cualquier ciudadano al periodismo fueron contestadas por alumnos que defendieron a las facultades de Ciencias de la Información como método más idóneo.

Por su parte, Juan Tapia, director de La Vanguardia, lamentó que no exista en España la llamada prensa popular sensacionalista, que trata superficialmente los escándalos, los crímenes o la vida de los famosos. Su ausencia ha hecho que algunos diarios caigan a veces en vicios propios de la prensa sensacionalista. Si hubiera periódicos populares, el sector editorial adquiriría mayor peso, habría más competencia y, tal vez, aumentaría el público del periodismo de rigor.

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