La Confederación del Tajo bota la primera patrullera madrileña

Madrid ya tiene, por primera vez en su historia, una patrullera. Se trata de una lanchita con motor fuera borda y altavoz incorporado que vigilará las aguas del embalse de San Juan. La Confederación Hidrográfica del Tajo, entidad que gestiona el pantano, intentará impedir así que las embarcaciones ilegales surquen libremente el embalse. El presidente de la Confederación, Enrique Noaín aseguró ayer: "Probaremos si estos medios son suficientes. Si no resultan eficaces, los eliminaremos".

La patrullera madrileña actuará siempre por sorpresa. Sus reducidas medidas (sólo dos metros de es...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Madrid ya tiene, por primera vez en su historia, una patrullera. Se trata de una lanchita con motor fuera borda y altavoz incorporado que vigilará las aguas del embalse de San Juan. La Confederación Hidrográfica del Tajo, entidad que gestiona el pantano, intentará impedir así que las embarcaciones ilegales surquen libremente el embalse. El presidente de la Confederación, Enrique Noaín aseguró ayer: "Probaremos si estos medios son suficientes. Si no resultan eficaces, los eliminaremos".

La patrullera madrileña actuará siempre por sorpresa. Sus reducidas medidas (sólo dos metros de eslora) y su escaso volumen (es una simple lancha) la harán casi invisible a los infractores. La barca, provista de un motor fuera borda, no tendrá ni horario ni fecha fija para surcar las aguas. Será capitaneada por un vigilante jurado y se mantendrá en contacto directo con la Guardia Civil, con los clubes náuticos del embalse y los servicios de Protección Civil de los municipios de Pelayos de la Presa (1.060 habitantes) y San Martín de Valdeiglesias (5.580 habitantes).La botadura de esta lancha intenta cerrar la polémica que arrastra la navegación en el embalse desde hace dos años. La pasada sequía, llevó a las autoridades a prohibir la utilización de barcas de motor para evitar posibles contaminaciones: el agua del pantano -y el combustible derramado- era canalizada hasta los grifos de los madrileños.

Hace dos meses, sin embargo, una vez que subió el nivel del agua se permitió de nuevo la navegación bajo unas estrictas limitaciones: obligación de utilizar gasolina sin plomo, empleo de aceites biodegradables, matriculación obligatoria y limitación de la potencia de los motores. La patrullera vigilará ahora que los navegantes cumplan estas normas. Los infractores pueden ser castigados con multas de hasta 40.000 pesetas. Una embarcación de características similares vigilará también el embalse alcarreño de Entrepeñas.

Enrique Noaín, presidente de la Confederación Hidrográfica del Tajo, aseguré ayer en conferencia de prensa: "La vigilancia y el análisis periódico del agua nos permitirán contar con datos rigurosos sobre la calidad de las aguas. Si se detectase un aumento de la contaminación, se prohibirá de inmediato la utilización de embarcaciones de motor".

En el embalse de San Juan este año se ha autorizado la navegación de 900 embarcaciones. De ellas, 500 son motoras.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Sobre la firma

Archivado En