Cooperativistas de PSV, atosigados por los bancos para pagar sus deudas

La lista RAI no es el título de una película. Es el registro de morosos controlado por la Asociación de la Banca Privada, y en él figuran desde hace meses miles de cooperativistas madrileños de PSV que dejaron de pagar las letras de sus créditos hipotecarios. Ahí está la mayoría de los 2.300 socios de PSV en Valdebernardo, la mayor promoción de España, todavía en fase de urbanización. El registro de deudores sale a relucir cuando piden nuevos préstamos. Algunos bancos negociaron el aplazamiento de esos pagos, pero, cumplido el plazo, amenazan con cobrarles recargos.

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La lista RAI no es el título de una película. Es el registro de morosos controlado por la Asociación de la Banca Privada, y en él figuran desde hace meses miles de cooperativistas madrileños de PSV que dejaron de pagar las letras de sus créditos hipotecarios. Ahí está la mayoría de los 2.300 socios de PSV en Valdebernardo, la mayor promoción de España, todavía en fase de urbanización. El registro de deudores sale a relucir cuando piden nuevos préstamos. Algunos bancos negociaron el aplazamiento de esos pagos, pero, cumplido el plazo, amenazan con cobrarles recargos.

Miles de cooperativistas madrileños de la Promotora Social de Vivienda (PSV), ligada al sindicato UGT, figuran ya en las listas que manejan los bancos privados para controlar a los morosos. Los socios de PSV han demostrado hasta ahora capacidad de ahorro, de sacrificio y de paciencia. Ahora tienen que ser capaces también de justificar su solvencia si pretenden conseguir nuevos préstamos de las entidades financieras.Los socios de las promociones más atrasadas en cuanto a ejecución de obra de la cooperativa PSV en Madrid -Valdebernardo, Rivas, Pavones- aguantaron el tipo varios años, abonando sus cuotas -mensuales o trimestrales- sin prácticamente fallidos. En varios de estos casos han entregado, por ahora a fondo perdido, hasta cinco o seis millones de pesetas. En algunas de estas promociones, ni se sospechan todavía los cimientos de sus casas. Hace apenas doce meses dejaron de abonar esas letras.

Los bancos, entonces, reclamaron las cuotas y se llegó al acuerdo de suspender el cobro seis meses. Ese plazo de tiempo se ha cumplido. Algunas entidades han amenazado ya a los cooperativistas con aplicarles recargos si continúan los impagos y otras han recurrido a los registros de morosos -como la lista RAI- que circulan por todos los bancos.

Un portavoz de la promoción de Valdebernardo ha comunicado que su última propuesta a los bancos consiste en volver a pagar sus cuotas cuando se firme un plan de viabilidad creíble y vean que comienzan las obras.

Un portavoz de Madrid Sur -donde los pisos están paralizados, pero les faltan muy pocos meses para ser inauguradosavisa sobre otro peligro. Dice que la ley de avales acordada recientemente por la Administración central y la Comunidad de Madrid no les va a servir para nada, precisamente porque está diseñada para pagar licencias, impuestos, planos y tasas (es decir, los trámites iniciales).

Madrid es la única autonomía que sufraga el 50% de la ley de avales estatal; es decir, 3.353 millones. En la región se encuentra el 80% de los cooperativistas de PSV.

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Ramón Espinar, consejero de Hacienda, matizó ayer: "Hemos aprobado una enmienda para incluir el aval de ladrillos en Madrid Sur y Alcobendas y en todas las promociones de la región en las que falte poco para acabar las obras".

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Los bancos apremian a miles de cooperativistas de PSV por no pagar las letras de sus hipotecas

Un portavoz del equipo actual de PSV-IGS lo explica así: "Los contratos con los cooperativistas siguen vigentes; y si ellos por su cuenta han dejado de pagar sus cuotas, sin darse de baja, pasan automáticamente a la listas de morosos de las distintas entidades bancarias".Fuentes de la cooperativa no pudieron precisar cuántos socios de PSV se han dado de baja o han dejado de abonar sus cuotas por los créditos hipotecarios de sus pisos: "Los bancos las gestionan directamente con los cooperativistas, al estar PSV en suspensión de pagos". Este mismo portavoz indicó que a partir de ahora, cuando se separen las 35 promociones existentes, se estudiará la solución "caso a caso".

En Banesto, una de las entidades con más créditos de cooperativistas, tampoco concretaron ayer la información. Ni en la Confederación Española de Cajas de Ahorros, ni en Cajaespaña, ni en la Banca March, había en la tarde de ayer ningún portavoz para contrastar esta versión.

Vicente Sánchez Cuadrado, vicepresidente de la Asociación de Futuros Vecinos de Valdebemardo, admite que, efectivamente, la mayoría de sus 2.300 socios -la promoción estaba pensada para 2.500- figura en esa lista: "Casi el 90% no hemos pagado nuestras cuotas trimestrales desde junio del año pasado, porque así lo recomendamos desde la asociación".

Estos cooperativistas abonaban una cuota media trimestral de 250.000 pesetas y habían comprometido con PSV, hasta junio del año pasado, unos 6,5 millones de pesetas por familia (1,5, pendientes de pago). "Estamos negociando el problema constantemente con los bancos a los que PSV endosé nuestras letras, para que retrasen el cobro", comenta Sánchez Cuadrado.

La negociación se emprendió en diciembre y se logró un aplazamiento de seis meses. El plazo se ha cumplido. Algunos bancos han presionado avisando a los cooperativistas de que les pasarán un recargo si no pagan. Otros han recurrido a la lista RAI (Registro de Aceptos Impagados), que controla la Asociación Española de Banca Privada (AEB). Un portavoz de la AEB negó ayer a este periódico el número de cooperativistas incluidos, porque, según indicó, el sistema informático no está preparado para esa posibilidad.

El dirigente vecinal Sánchez Cuadrado no comprende cómo se puede ser "tan inhumano" para pedir sobrecargos a unos cooperativistas que se han sentido estafados. "A la banca March le hemos lanzado la propuesta de que no pagaremos hasta que se empiece a construir con garantías".

Adolfo Alvarado, de Madrid Sur (1.080 viviendas), reconoce que su caso es distinto y que apenas existen morosos entre sus socios. En tres parcelas, las casas son una realidad a la que le faltan apenas cuatro meses para poder ser habitadas, y en las otras cinco, la demora no llegaría a diez meses si se reanudaran los trabajos ahora mismo. Su plan de pago de 29 letras finalizaba en febrero de 1994, y cuando estalló el momento crítico del caso PSV les faltaban únicamente dos entregas, que mayoritariamente fueron satisfechas.

En Madrid Sur se plantea otro problema. Los cooperativistas se quejan de que la línea de avales acordada por la Administración central y la Comunidad de Madrid -6.711 millones en la región- no les alcanzará precisamente, porque tienen mucha obra hecha y ese plan "sólo está pensado para pagar licencias, impuestos y tasas con las que arrancar las promociones". Ramón Espinar, consejero de Hacienda, replica: "Hemos introducido una enmienda en la ley para avalar también ladrillos en Madrid Sur y Alcobendas".

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