"He tenido suerte en líteratura"

"Lo sabía. Estaba convencida de que iban a poner la Segunda Guerra Mundial", afirma Clara, entusiasmada por su acierto. Esta alumna de COU adelantó la pregunta del examen de historia y apostó por Antonio Machado para el de literatura, y acertó (ver EL PAIS de ayer). Sin embargo, prefirió no responder a la pregunta sobre el poeta sevillano. "Elegí el comentario de Juan Rulfo. La verdad es que he tenido suerte", aseguraba ayer por la tarde, exultante.En cambio, la prueba de matemática sultó como ella esperaba: controló mal la hora y media de que disponía para resolver cinco problemas. "He tardad...

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"Lo sabía. Estaba convencida de que iban a poner la Segunda Guerra Mundial", afirma Clara, entusiasmada por su acierto. Esta alumna de COU adelantó la pregunta del examen de historia y apostó por Antonio Machado para el de literatura, y acertó (ver EL PAIS de ayer). Sin embargo, prefirió no responder a la pregunta sobre el poeta sevillano. "Elegí el comentario de Juan Rulfo. La verdad es que he tenido suerte", aseguraba ayer por la tarde, exultante.En cambio, la prueba de matemática sultó como ella esperaba: controló mal la hora y media de que disponía para resolver cinco problemas. "He tardado mucho tiempo en hacer un ejercicio y me he dejado un problema sin hacer", explica Clara, quien prefiere no aventurar la calificación. "Es que no tengo ni idea de la nota que pueden ponerme. Y prefiero no adelantarme", señala.

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Clara acudió a su primera cita en la Universidad: un aula de la Escuela de Trabajo de Somosaguas. Vestía pantalón vaquero, camiseta blanca y chaqueta roja. Ante todo, comodidad. Y como amuleto de la buena suerte, dos aros de jade verdes que un amigo le trajo de Indonesia.

Las tres horas de descanso que tuvo a mediodía las aprovechó para tomar un bocadillo de tortilla, una coca-cola y dar un repasito, tumbada en el césped, a los apuntes.

explayó a gusto sobre el interior de la catedral gótica de Amiens. De lo único que se queja es que entre examen y examen vespertino no hubieran dejado 10 minutos para descansar.

El pupitre era incómodo. Y acabó con un fuerte dolor de espalda. Por la tarde, nada más llegar a casa, dio un largo paseo para estirar las piernas.

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